El hallazgo lo han hecho unos científicos de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey.
La posesión del mecanismo estudiado significa que estas bacterias, a diferencia de la mayoría de patógenos, no dependen de una señal química específica de un anfitrión, y que solo tienen que “tocar” cualquier organismo cuyo estado le haga apto para la infección.
La mayoría de las bacterias, virus y otros agentes que causan enfermedades infecciosas dependen del “sentido del gusto”, por así decirlo, dado que responden a señales químicas propias de los anfitriones con los que normalmente han coevolucionado. Las Pseudomonas, sin embargo, a través de su sentido del tacto, son capaces de prosperar en humanos, plantas, animales, numerosas superficies fabricadas por el Hombre, y en agua y tierra. Pueden causar infecciones potencialmente mortales en diversos órganos, y son muy resistentes a los antibióticos
En uno de los experimentos del estudio se comprobó que, gracias a su sentido del “tacto”, cuando los investigadores, tras haber infectado células de hiedra (anillos azules) con la bacteria (áreas verdes), introdujeron amebas (amarillo) en la misma muestra, las Pseudomonas las detectaron y atacaron inmediatamente.
El equipo encontró, no obstante, que las bacterias no podían infectar a otro organismo cuando una proteína en su superficie, conocida como PilY1, estaba desactivada. Esto sugiere una posible vía de tratamiento que, en vez de estar orientada a intentar matar al patógeno, se limite a actuar contra los mecanismos de infección de la bacteria. Saboteadas de este modo, las bacterias no podrían poner en marcha sus infecciones, y ello acabaría haciéndolas desaparecer.
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