El oxígeno es conocido por la mayoría de personas como el elemento indispensable para la vida humana, por lo que ha sido objeto de prueba y observación en númerosos experimentos. Los investigadores y profesores daneses Christine McKenzie y Jonas Sundberg del Departamento de Física,Química y Farmacia de la Universidad del Sur de Dinamarca, han logrado un revolucionario descubrimiento al sintetizar un material en forma de cristal que puede absorber grandes cantidades de oxígeno y almacenarlo.
Obviamente ya existen tanques y demás objetos que hacen lo mismo, aquí la diferencia está en que este material parecido al crital puede captar el oxígeno, absorberlo y luego liberarlo, ahorrando espacio y volumen ya que con solo 10 litros de esta sustancia podría absorber todo el oxigeno de una habitación.
Este material no reacciona irreversiblemente con el oxígeno. Es a la vez un sensor y un recipiente para este. Se puede usar para guardarlo y transportarlo. Podemos decir, por tanto, que funciona como una hemoglobina artificial. También puede liberarlo muchas veces sin perder esa habilidad.
El componente clave es el cobalto, que se une a una molécula orgánica permitiendo obtener una estructura molecular y electrónica precisa que permite la absorción del oxigeno. Este material es muy sensible a la cantidad de oxigeno, temperatura y presión por lo que puede variar segundos minutos, horas o días la absorción del oxigeno o su liberación, algo muy útil ya que no requiere de algún mecanismo para poder realizar cualquiera de sus funciones. Cuando este nuevo material se satura de oxígeno, se puede comparar con un tanque de oxígeno puro bajo presión. La diferencia es que puede contener tres veces mayor capacidad.
Este cristal podrá revolucionar la manera como manejamos este elemento químico, desde tanques de oxigeno más seguros, ya sea para recreación o rehabilitación medica, hasta el aprovechamiento más efectivo de este gas en cualquier ámbito de investigación.
Este material no reacciona irreversiblemente con el oxígeno. Es a la vez un sensor y un recipiente para este. Se puede usar para guardarlo y transportarlo. Podemos decir, por tanto, que funciona como una hemoglobina artificial. También puede liberarlo muchas veces sin perder esa habilidad.
El componente clave es el cobalto, que se une a una molécula orgánica permitiendo obtener una estructura molecular y electrónica precisa que permite la absorción del oxigeno. Este material es muy sensible a la cantidad de oxigeno, temperatura y presión por lo que puede variar segundos minutos, horas o días la absorción del oxigeno o su liberación, algo muy útil ya que no requiere de algún mecanismo para poder realizar cualquiera de sus funciones. Cuando este nuevo material se satura de oxígeno, se puede comparar con un tanque de oxígeno puro bajo presión. La diferencia es que puede contener tres veces mayor capacidad.
Este cristal podrá revolucionar la manera como manejamos este elemento químico, desde tanques de oxigeno más seguros, ya sea para recreación o rehabilitación medica, hasta el aprovechamiento más efectivo de este gas en cualquier ámbito de investigación.
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