La aplicación de técnicas de regulación genética a células internas de la piel es extremadamente difícil debido a las defensas que ésta brinda al cuerpo.
Una nueva estrategia consiste en utilizar fármacos basados en novedosas estructuras con forma esférica de ácidos nucleicos. Estas estructuras que son mil veces más pequeña que el diámetro de un cabello humano, tienen la capacidad de atraer ciertas proteínas naturales y unirse a ellas, lo cual permite a dichas estructuras atravesar la piel y entrar en las células.
El fármaco, se aplica sobre la piel, penetra todas sus capas y puede actuar de forma selectiva sobre genes que causan enfermedades (sin afectar a los genes normales). Una vez dentro de las células, el fármaco simplemente ("apaga el interruptor") de los genes problemáticos.
Los objetivos iniciales de esta innovadora clase de tratamiento son el melanoma y el carcinoma de células escamosas (dos de los tipos más comunes de cáncer de piel), la psoriasis (un trastorno inflamatorio común de la piel) y un raro trastorno genético de la piel que no tiene tratamiento efectivo (ictiosis epidermolítica). Otros objetivos podrían incluir a las arrugas que aparecen a medida que envejece la piel.
La forma esférica de las nanoestructuras y la densidad de los ácidos nucleicos son la clave del innovador tratamiento.
Los ácidos nucleicos normales (lineales) no pueden penetrar en las células, pero estos ácidos nucleicos esféricos sí pueden hacerlo.
Gracias al Proyecto Genoma Humano y a toda la investigación genómica realizada durante las últimas dos décadas, ahora es viable lanzarse a buscar tratamientos para diversas enfermedades difíciles.
Fuente: www.noticiasdelaciencia.com
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