GEN "ADELGAZANTE"

Hasta la fecha, todos los intentos de dar con la pastilla milagrosa contra la obesidad han acabado en fracaso.En España, por ejemplo, solo hay un fármaco autorizado para adelgazar, el Orlistat, que evita parcialmente la absorción de las grasas en el intestino, “y no funciona demasiado bien”, comenta Francesc Villarroya.
Ante los hallazgos relacionados con la llamada "grasa buena", el objetivo que persiguen cada vez más grupos de investigadores consiste en dar con los interruptores moleculares que activan estas propiedades adelgazantes en el cuerpo para poder controlarlos a voluntad con un fármaco.


Los investigadores han dado con un mecanismo por el cual las células de grasa blanca, las malas, se convierten en las beige, las buenas, las que queman los depósitos adiposos mientras consumen las reservas de calorías. La clave está en un gen maestro, el KLF11, que codifica un factor de transcripción capaz de reprogramar la célula y darle totalmente la vuelta. “Hemos demostrado que su intervención es necesaria para que tenga lugar esta transformación”, apunta Susane Mandrup, una de las autoras del estudio.
 El hallazgo abre la vía para dirigirse directamente al KLF11 y así activar la conversión de los adipocitos en grasa beige. “Es un buen candidato como diana terapéutica contra la obesidad", comenta Francesc Villarroya, autor de distintos trabajos sobre grasa parda.
 El medicamento empleado no serviría como pastilla adelgazante. Se retiró por los efectos secundarios que provocaba. Y además, el fármaco no actúa directamente sobre el mecanismo celular: se produce una cascada de acontecimientos hasta que se activa el gen. Sin embargo, más que el camino elegido para estimular la actividad de la grasa beige, que no es el idóneo, lo más relevante del trabajo es que ha conseguido llegar al destino deseado: identificar qué botón hay que pulsar (en este caso, el gen KLF11) para reprogramar la célula y quemar grasa.Solo falta saber activarlo sin alterar ninguna otra función del organismo.

Fuente utilizada:
http://elpais.com/elpais/2014/12/17/ciencia/1418845803_008289.html

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