La acumulación de datos sanitarios que relacionan la estructura química de sustancias a una enfermedad por su efecto terapéutico o adverso, ha permitido desarrollar un modelo predictor que relaciona una estructura química con el efecto que tendría en humanos.
El estudio permite agrupar el conocimiento acumulado, "redescubriéndolo y organizándolo", y generar un 20% de conocimiento nuevo gracias a la explotación de los datos informatizados.
En el estudio, realizado por un grupo de científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, se ha llevado a cabo el análisis de 10.000 moléculas químicas que contienen alrededor de 98.000 fragmentos asociados a cerca de 1.200 condiciones patológicas, representativa a todas las enfermedades humanas.
Actualmente los fármacos se diseñan para alterar el comportamiento de proteínas o genes que previamente se saben afectados en una determinada patología, pero esta aproximación basada en el conocimiento biológico previo no está dando los frutos esperados.
Este hallazgo puede tener aplicación para diseñar fármacos más seguros, detectar asociaciones entre enfermedades y dar nuevos usos a fármacos ya aprobados.
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