LOS GOLPES EN LA CABEZA PUEDEN PROVOCAR DEMENCIA

Cada vez más datos apuntan a que las lesiones cerebrales traumáticas  aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas.
De igual forma hay una asociación entre los golpes repetidos y el deterioro cognitivo progresivo u otras anomalías neuropsiquiátricas. Este tipo de demencia denominada pugilística está recibiendo gran atención en deportes de contacto.

Un nuevo estudio que publica el último Journal of Neuroscience muestra que los golpes en la cabeza deterioran el sistema de eliminación de residuos del cerebro, denominado “sistema glinfático”. Las proteínas tóxicas pueden acumularse preparando el escenario para la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la encefalopatía traumática crónica.

La lesión cerebral traumática en los primeros primeros años de vida es un factor de riesgo para el desarrollo posterior de demencia.

El cerebro cuenta con su propio sistema de “recogida de basuras” porque está aislado del resto del cuerpo por una "muralla", la barrera hematoencefálica, que cuenta con un complejo sistema de puertas blindadas para controlar las entradas y salidas. Por eso no admite el acceso al sistema de eliminación de desechos del resto del cuerpo.
Nedergaard y su equipo demostraron en ratones que el cerebro posee una especie de sistema de tuberías superpuesto a los vasos sanguíneos; este sistema bombea fluido cerebroespinal a través del tejido cerebral para lavar los residuos almacenados en los espacios que quedan libres entre las células.
El fracaso del sistema glinfático puede ser una de las razones por las que el envejecimiento del cerebro es tan vulnerable a enfermedades como el Alzheimer. Estos cambios propios de la edad pueden ocurrir también en etapas tempranas si el cerebro sufre golpes.
Con los golpes fuertes, un gran número de estas proteínas estabilizadoras dejan de cumplir su función, salen de los axones y se depositan entre las células del cerebro formando acúmulos cada vez mayores que pueden llegar a ser tóxicos.
Este estudio parece indicar que el sistema de limpieza del cerebro es muy delicado y que los pequeños cambios en la organización de los canales de agua (acuaporinas) pueden hacer que se pierda la función.

Durante mucho tiempo, hemos visto las enfermedades neurodegenerativas pueden estar vinculados a un problema de eliminación de residuos, donde algo está impidiendo al sistema glinfático la eliminación de los residuos de forma eficiente.

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