PLAQUETAS Y GLÓBULOS BLANCOS DIALOGAN PARA DEFENDER EL CUERPO

Imagen de un vaso cerebral después de un ictus.Los globulos blancos están
teñidos de verde, y las plaquetas de rojo.
Un grupo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares(CNIC) ha descrito por vez primera el lenguaje molecular que emplean los glóbulos blancos más comunes (los neutrófilos) con las plaquetas para activar la respuesta defensiva del cuerpo.
Es una comunicación clave, ya que de esta conversación depende la inflamación de los tejidos, que se inicia como respuesta a las agresiones, y que está en la raíz de enfermedades como el ictus, el cáncer o la diabetes.


Los neutrófilos (un tipo de leucocitos o glóbulos blancos) son las células de la sangre que responden ante las agresiones de patógenos. También son quienes dan la orden de iniciar la inflamación que se activa ante una lesión, ya sea un corte o una infección bacteriana.
Los investigadores del CNIC han advertido que los neutrófilos, que fluyen con la sangre por toda la red vascular, se adhieren a las paredes de los vasos en los que se ha activado una primera sospecha de agresión. Al entrar con éstas alteran su forma redondeada, se aplanan, se fijan a los capilares y despliegan una “antena celular” que se introduce en el flujo sanguíneo con una misión: detectar plaquetas activadas.

Las plaquetas son las células sanguíneas especializadas en frenar las hemorragias, y acuden allí donde hay sangrados; pero también donde, por ejemplo, se producen infecciones bacterianas. La antena de los leucocitos cuenta en su extremo con una proteína (PSGL-1) capaz de detectar a las plaquetas que han activado su función de alerta y fijarlas gracias a sus propiedades adhesivas.
Es una especie de anzuelo lanzado al torrente sanguíneo. Si pican plaquetas activadas (se pegan a la proteína) significa que algo va mal, y así lo interpretan los leucocitos que, inmediatamente activan la señal de alarma y desencadenan la respuesta inmune a gran escala.

Los hallazgos obtenidos parten de inducir procesos inflamatorios en ratones y registrar la reacción de los leucocitos y las plaquetas con potentes técnicas de imagen que permiten observar procesos biológicos en animales vivos. Son métodos que exigen cirugía abierta, por lo que no se pueden aplicar en humanos. Pero dado que las estructuras celulares (los leucocitos y las plaquetas) y moleculares (las proteínas y sus ligandos) están presentes también en el sistema inmune de las personas, las conclusiones, explica el investigador, son trasladables a los humanos.

El ‘diálogo’ entre plaquetas y leucocitos lanza la respuesta inmune | Ciencia | EL PAÍS

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