Un estudio de la Universidad de Exeter llevado a cabo con
moscas ha comprobado que los machos mueren mucho antes que las hembras cuando
en su hábitat se fomenta la competencia para aparearse. Los resultados de esta
investigación ayudarán a aclarar algunos importantes mecanismos que forman
parte del proceso de envejecimiento.
Los investigadores utilizaron varias poblaciones de la mosca
Drosophila simulans, a las que hicieron evolucionar en condiciones muy
diferentes y bajo distintos tipos de presión selectiva. El estudio demuestra
que la competición por el apareamiento (selección sexual), junto con la presión
por la supervivencia (selección natural) resulta mucho más dura para los machos.
Para David Hosken, del Departamento de Biociencias de la Universidad
de Exeter y director de la investigación,
comenta que hallaron enormes diferencias en los efectos de la selección
natural y sexual entre machos y hembras. Estos resultados pueden ayudar a
explicar por qué la esperanza de vida es diferente en ambos sexos
Los resultados de la investigación muestran que en
condiciones de selección sexual y natural tranquilas, tanto las moscas macho
como las hembras tenían una esperanza de vida similar (cerca de 35 días). Sin
embargo, los machos de las poblaciones forzadas a evolucionar con una alta
presión sexual y natural tuvieron vidas mucho más cortas, de apenas 24 días, y
murieron hasta siete días antes que las hembras que estaban sometidas a sus
mismas condiciones.
Tanto la selección sexual como la natural tienen un efecto
directo sobre la esperanza de vida, aunque dicho efecto es muy superior entre
los machos que entre las hembras. Una de las conclusiones principales del
estudio es, pues, que machos y hembras responden de forma muy diferente incluso
cuando están sometidos a las mismas condiciones ambientales.
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