Una de ellas es un pegajoso tentáculo, común en las plantas carnívoras. La segunda, sin embargo, no tiene ese carácter pegajoso, sino que hace movimientos bruscos que hasta ahora no se han conseguido explicar.
La Drosera glanduligera ha intrigado siempre a los científicos por los dos tipos de delgadas protuberancias que dirige hacia el exterior.
Los nuevos experimentos llevados a cabo en laboratorio revelan que esos tentáculos «catapultan» directamente a los insectos en las protuberancias pegajosas, en el centro de la planta, donde ésta aprovecha todos sus nutrientes.
Este sistema de catapulta es muy efectivo, ya que según el coautor del estudio, Thomas Speck, de la Universidad de Friburgo (Alemania), los insectos no consiguen casi nunca escapar.
«La evolución en acción»
Según Speck, el hallazgo nos muestra cómo evolucionan las plantas para adaptarse a sus necesidades.
Por ejemplo, es probable que la Drosera glanduligera necesite este mecanismo de catapulta debido a su apetito constante. Una planta de rápido crecimiento, que vive menos de un año, necesita muchos nutrientes y, por tanto, muchos insectos.
El ecologista de Harvard (Estados Unidos) Aaron Ellison afirma que en ambientes inalterables, como en el este de Australia, las especies especializadas en, por ejemplo, catapultar moscas, pueden sobrevivir, pues no necesitan preocuparse por posibles cambios impredecibles.
Por otra parte, sin embargo, en hábitats en permanente cambio, la evolución favorece a las especies fuertes y adaptables.
La Drosera glanduligera ha intrigado siempre a los científicos por los dos tipos de delgadas protuberancias que dirige hacia el exterior.
Los nuevos experimentos llevados a cabo en laboratorio revelan que esos tentáculos «catapultan» directamente a los insectos en las protuberancias pegajosas, en el centro de la planta, donde ésta aprovecha todos sus nutrientes.
Este sistema de catapulta es muy efectivo, ya que según el coautor del estudio, Thomas Speck, de la Universidad de Friburgo (Alemania), los insectos no consiguen casi nunca escapar.
«La evolución en acción»
Según Speck, el hallazgo nos muestra cómo evolucionan las plantas para adaptarse a sus necesidades.
Por ejemplo, es probable que la Drosera glanduligera necesite este mecanismo de catapulta debido a su apetito constante. Una planta de rápido crecimiento, que vive menos de un año, necesita muchos nutrientes y, por tanto, muchos insectos.
El ecologista de Harvard (Estados Unidos) Aaron Ellison afirma que en ambientes inalterables, como en el este de Australia, las especies especializadas en, por ejemplo, catapultar moscas, pueden sobrevivir, pues no necesitan preocuparse por posibles cambios impredecibles.
Por otra parte, sin embargo, en hábitats en permanente cambio, la evolución favorece a las especies fuertes y adaptables.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Te rogamos que seas preciso y educado en tus comentarios.