Investigadores de la Universidad de Harvard (EEUU) han creado un sistema que precisa de una bacteria modificada genéticamente para convertir la energía solar en un combustible líquido. Esto ayudará, si se confirma su rentabilidad, a crear energía y a la lucha contra el cambio climático.
Estos investigadores, encabezados por Daniel Nocera, han utilizado energía solar para obtener hidrógeno del agua (H2O), con esto la bacteria utilizada (Ralstonia eutropha), es capaz de convertir CO2 (principal responsable del calentamiento global) en un alcohol combustible (isopropanol) que, al ser líquido podría transportarse con las estructuras existentes hoy día.
Otros científicos han llegado a conclusiones parecidas, pero han necesitado la ayuda de metales preciosos para acelerar las reacciones metabólicas, como el platino o le indio, que tienen un alto coste. El equipo de Nocera emplea como catalizadores metales abundantes en la Tierra, como el cobalto, triplicando así el rendimiento de los mejores combustibles bioelectroquímicos existentes, que los autores definen como " una importante prueba de concepto".
Ninguna empresa se ha interesado aún por el nuevo sistema. Norea comenta que todavía no se utilizará este sistema en nuestros coches, puesto que solo es un descubrimiento científico, pero que es más eficiente que la fotosíntesis natural.
Hace dos años, científicos de la Universidad de Exder (Reino Unido) y de la petrolera Shell modificaron los genes de otra bacteria, para que fabricara diésel a partir de los ácidos grasos.
elpais.com/elpais/2015/02/09/ciencia/1423507696_423300.html
Estos investigadores, encabezados por Daniel Nocera, han utilizado energía solar para obtener hidrógeno del agua (H2O), con esto la bacteria utilizada (Ralstonia eutropha), es capaz de convertir CO2 (principal responsable del calentamiento global) en un alcohol combustible (isopropanol) que, al ser líquido podría transportarse con las estructuras existentes hoy día.
Otros científicos han llegado a conclusiones parecidas, pero han necesitado la ayuda de metales preciosos para acelerar las reacciones metabólicas, como el platino o le indio, que tienen un alto coste. El equipo de Nocera emplea como catalizadores metales abundantes en la Tierra, como el cobalto, triplicando así el rendimiento de los mejores combustibles bioelectroquímicos existentes, que los autores definen como " una importante prueba de concepto".
Ninguna empresa se ha interesado aún por el nuevo sistema. Norea comenta que todavía no se utilizará este sistema en nuestros coches, puesto que solo es un descubrimiento científico, pero que es más eficiente que la fotosíntesis natural.
Hace dos años, científicos de la Universidad de Exder (Reino Unido) y de la petrolera Shell modificaron los genes de otra bacteria, para que fabricara diésel a partir de los ácidos grasos.
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