Esta planta solo crece en las paredes verticales rocosas de zonas escarpadas. La inaccesibilidad a este hábitat ha contribuido a su persistencia, ya que la ha mantenido lejos de la competencia de otras especies, de los herbívoros y de los cambios de clima. Pero a su vez este hábitat le provoca un inconveniente y es que la caída de la semilla provocada por la gravedad llevaría con el tiempo a su extinción.
Este estudio ha demostrado que la planta Bordera chouardii vence este hándicap con la ayuda de varias especies de hormigas: la especie Lasius grandis y la especie Lasius cinereus, que se encargan de transportar el polen desde la planta macho a la planta hembra; y la especie Pheidole pallidula que dispersa las semillas en otras grietas distantes de la planta madre.
Es un doble mutualismo en el que la planta se sirve de los animales para la polinización y la dispersión de la semilla. Este tipo de mutualismo es muy escaso en la naturaleza por su fuerte dependencia de un solo interactuante, sin embargo esta planta puede permitírselo ya que su reproducción sexual no es lo más importante de su ciclo vital. La descendencia es necesaria para su supervivencia pero no urgente.
Acorde con los resultados del estudio, la polinización por hormigas es muy efectiva. El 80% de las flores logra cuajar frutos y en la misma proporción los óvulos se transforman en semillas viables. Para dispersar las semillas, aparte de la acción de las hormigas, esta planta emplea también la autosiembra de frutos en grietas próximas a las hembras, pero este sistema fracasa en el 90% de las ocasiones.
Las semillas de Bordera chouardii resultan tan atractivas para las hormigas debido al contenido lipídico de la capa de células que recubre las semillas.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.muyinteresante.es/naturaleza/articulo/las-hormigas-salvan-a-una-planta-de-los-pirineos
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