Un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard ha ideado una técnica que emplea bacterias para convertir la energía solar en combustible líquido.
Según explican estos expertos en un estudio publicado en la revista PNAS, para ello han desarrollado una especie de hoja biónica que hace que la radiación luminosa separe el agua en hidrógeno y oxígeno, y unos microorganismos cuyo metabolismo ha sido modificado para transformar una combinación de hidrógeno y dióxido de carbono en isopropanol.
Estos expertos destacan que su hoja artificial emplea catalizadores que pueden obtenerse a partir de materiales baratos y fáciles de conseguir, lo que hace este avance especialmente indicado para ser empleado en zonas con dificultades para acceder a la energía.
El químico Daniel Nocera, que ha impulsado el ensayo, señala que los catalizadores que facilitan la conversión son perfectamente compatibles con las condiciones que necesitan para sobrevivir las bacterias que han empleado, de la especie Ralstonia eutropha.
Los científicos plantean que los mismos principios en los que se basa su investigación podrían servir para producir fármacos o vitaminas en pequeñas cantidades. Además, esperan poder conseguir que su hoja biónica convierta la energía solar en biocombustible con una eficiencia del 5%. De momento, esta es del 1%, similar a la que alcanzan las plantas mediante la fotosíntesis.
Los científicos plantean que los mismos principios en los que se basa su investigación podrían servir para producir fármacos o vitaminas en pequeñas cantidades. Además, esperan poder conseguir que su hoja biónica convierta la energía solar en biocombustible con una eficiencia del 5%. De momento, esta es del 1%, similar a la que alcanzan las plantas mediante la fotosíntesis.
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