Según un estudio llevado a cabo por los investigadores del Institut Hospital del Mar d'Investigations Mèdiques (IMIM) y por la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) y publicado en 'eLife', existe un ARN no codificante llamado IncRNA.
Durante el estudio se ha encontrado al rededor de 2.500 IncRNA que todavía no habían sido estudiados ni identificados antes.
Además se constata que muy pocos IncRNA se encuentran en más de una especie lo que se entiende como que han evolucionado de manera lenta. Dicha hipótesis se corrobora mediante las propiedades que tienen los IncRNA.
Este ARN no codificante (IncRNA) es una parte del genoma al que no se le ha adjudicado aún una función especifica ,pero ahora se puede saber que tiene un papel fundamental en la evolución de nuevas proteínas, las cuales podrían tener funciones en la célula que siguen siendo desconocidas.
Estas moléculas de ARN tienen propiedades similares a la de los genes denominados 'jóvenes' los cuales se conoce que sintetizan proteínas.
Este estudio se explica que los ribosomas fabrican proteínas a partir de las instrucciones que contiene el ARN, pero que sin embargo, sólo una mínima parte(2%) del genoma de los humanos es ARN destinado a la fabricación de proteínas.
Al resto de las partes del genoma que sufren también el proceso de transcripción se les considera partes del ADN que se copian al azar a ARN pero no poseen una función biológica determinada. Pero una nueva técnica de secuenciación revela que muchas partes transcritas (IncRNA), denominadas como "ruido evolutivo", podrían traducirse en proteínas.
Mar Albà, coordinadora del grupo de investigación de investigación en Genoma Evolutivo del IMIM, asegura que de las seis especies estudiadas (entre las cuales nos encontramos los humanos) los IncRNA aparecen asociados a los ribosomas y aparentan estar preparados para un proceso de traducción del ARN en proteínas por lo que dicen que pueden actuar a modo de repositorio para sintetizar nuevas proteínas.
Según esta mujer, los IncRNA encajan a la explicación del nacimiento de una nueva proteína funcional, que es la siguiente: proceso de ensayo error que se requiere la existencia de muchos transcritos que no sobreviven la prueba del tiempo.
Para entender mejor los procesos de formación de nuevos genes codificantes e identificar aquellos que sean funcionales se estudiará las especies cercanas y la manera en la que la alteración de los patrones de expresión de los IncRNA está ligada a algunas enfermedades.
Fuente:http://www.europapress.es/catalunya/noticia-partes-genoma-funcion-conocida-pueden-tener-papel-formacion-proteinas-20140917120633.html
Durante el estudio se ha encontrado al rededor de 2.500 IncRNA que todavía no habían sido estudiados ni identificados antes.
Además se constata que muy pocos IncRNA se encuentran en más de una especie lo que se entiende como que han evolucionado de manera lenta. Dicha hipótesis se corrobora mediante las propiedades que tienen los IncRNA.
Este ARN no codificante (IncRNA) es una parte del genoma al que no se le ha adjudicado aún una función especifica ,pero ahora se puede saber que tiene un papel fundamental en la evolución de nuevas proteínas, las cuales podrían tener funciones en la célula que siguen siendo desconocidas.
Estas moléculas de ARN tienen propiedades similares a la de los genes denominados 'jóvenes' los cuales se conoce que sintetizan proteínas.
Este estudio se explica que los ribosomas fabrican proteínas a partir de las instrucciones que contiene el ARN, pero que sin embargo, sólo una mínima parte(2%) del genoma de los humanos es ARN destinado a la fabricación de proteínas.
Al resto de las partes del genoma que sufren también el proceso de transcripción se les considera partes del ADN que se copian al azar a ARN pero no poseen una función biológica determinada. Pero una nueva técnica de secuenciación revela que muchas partes transcritas (IncRNA), denominadas como "ruido evolutivo", podrían traducirse en proteínas.
Mar Albà, coordinadora del grupo de investigación de investigación en Genoma Evolutivo del IMIM, asegura que de las seis especies estudiadas (entre las cuales nos encontramos los humanos) los IncRNA aparecen asociados a los ribosomas y aparentan estar preparados para un proceso de traducción del ARN en proteínas por lo que dicen que pueden actuar a modo de repositorio para sintetizar nuevas proteínas.
Según esta mujer, los IncRNA encajan a la explicación del nacimiento de una nueva proteína funcional, que es la siguiente: proceso de ensayo error que se requiere la existencia de muchos transcritos que no sobreviven la prueba del tiempo.
Para entender mejor los procesos de formación de nuevos genes codificantes e identificar aquellos que sean funcionales se estudiará las especies cercanas y la manera en la que la alteración de los patrones de expresión de los IncRNA está ligada a algunas enfermedades.
Fuente:http://www.europapress.es/catalunya/noticia-partes-genoma-funcion-conocida-pueden-tener-papel-formacion-proteinas-20140917120633.html
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