Un grupo de científicos de las universidades de Oxford y Yale han descubierto recientemente una nueva especie de crustáceo, se trata de un fósil perfectamente conservado bautizado como Aegirocassis benmoulae, que vivió hace 480 millones de años durante el período Ordovícico en el sureste de Marruecos.
Pertenece a la familia de los anomalocarídidos y llegó a alcanzar más de 2 metros de longitud y se alimentaba específicamente de plancton.
Este descubrimiento demuestra que en este período geológico no solo habían depredadores.
El autor de este hallazgo es Mohamed Ben Moula y éste bautizó fue el que introdujo el nombre de este antiguo crustáceo. Respecto a este descubrimiento los paleontólogos afirman que se trata del Animalocaris más grande y el último de su especie antes de su extinción total.
En la cabeza poseía dos apéndices espinosos que empleaba para agarrar a sus presas y una boca circular rodeada de placas dentadas y dos juegos de aletas en el cuerpo.
Al analizar el fósil, los especialistas llegaron a la conclusión de que muy probablemente este animal respiraba por unas estructuras filamentosas en su parte posterior.
Este descubrimiento se suma a la gran cantidad de fósiles hallados en Marruecos y que han desvelado nueva información de los antepasados de los crustáceos, insectos y artrópodos modernos.
WEBGRAFÍA:SEXENIO
Pertenece a la familia de los anomalocarídidos y llegó a alcanzar más de 2 metros de longitud y se alimentaba específicamente de plancton.
Este descubrimiento demuestra que en este período geológico no solo habían depredadores.
El autor de este hallazgo es Mohamed Ben Moula y éste bautizó fue el que introdujo el nombre de este antiguo crustáceo. Respecto a este descubrimiento los paleontólogos afirman que se trata del Animalocaris más grande y el último de su especie antes de su extinción total.
En la cabeza poseía dos apéndices espinosos que empleaba para agarrar a sus presas y una boca circular rodeada de placas dentadas y dos juegos de aletas en el cuerpo.
Al analizar el fósil, los especialistas llegaron a la conclusión de que muy probablemente este animal respiraba por unas estructuras filamentosas en su parte posterior.
Este descubrimiento se suma a la gran cantidad de fósiles hallados en Marruecos y que han desvelado nueva información de los antepasados de los crustáceos, insectos y artrópodos modernos.
WEBGRAFÍA:SEXENIO
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