Los alimentos de origen animal, como leche, huevos o carne, requieren cada día mayores controles de
sanidad, tanto para la salud humana como para su comercialización.
Una solución está en la obtención de levaduras que funcionan como probióticos, ayudan a que no entren infecciones en el tracto digestivo de los animales, mejoran la salud y contribuyen a obtener productos más benéficos para el organismo del consumidor.
Según la investigadora Olga Lucía Mayorga de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, “actualmente en los sistemas de producción, se utilizan grandes cantidades de antibióticos que generan resistencia en las personas cuando se consumen productos de animales que llevan esos sistemas. Cuando estos se reemplazan por microorganismos tipo probióticos, se logra un alimento más sano y que no hace daño”.
En la nutrición animal hay muchos probióticos que pueden ser benéficos. En la levadura el microorganismo más utilizado es la Saccharomyces cerevisiae, utilizado para cervecería y panadería. Entonces, el propósito es buscar aquellos que compitan con lo que se vende en el mercado; que respondan a esas necesidades; que sean económicos, viables y de alta eficiencia para el productor”, indica Mayorga.
Tan diversa como la cantidad de frutos que poseen los ecosistemas colombianos, puede ser la disponibilidad de microorganismos benéficos.
Según la investigadora Olga Lucía Mayorga de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, “actualmente en los sistemas de producción, se utilizan grandes cantidades de antibióticos que generan resistencia en las personas cuando se consumen productos de animales que llevan esos sistemas. Cuando estos se reemplazan por microorganismos tipo probióticos, se logra un alimento más sano y que no hace daño”.
En la nutrición animal hay muchos probióticos que pueden ser benéficos. En la levadura el microorganismo más utilizado es la Saccharomyces cerevisiae, utilizado para cervecería y panadería. Entonces, el propósito es buscar aquellos que compitan con lo que se vende en el mercado; que respondan a esas necesidades; que sean económicos, viables y de alta eficiencia para el productor”, indica Mayorga.
Tan diversa como la cantidad de frutos que poseen los ecosistemas colombianos, puede ser la disponibilidad de microorganismos benéficos.
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