El periódico El país publicó en abril de 2011 una entrevista con el empresario argentino Hugo Sigman en cuyo título confesaba: “Mi gran desafío es cronificar el cáncer”. O sea, prolongar la enfermedad hasta que deje de ser mortal.
Este psiquiatra, consejero delegado del grupo Insud, fundador del laboratorio farmacéutico Chemo (con sedes en Madrid y Buenos Aires) y de empresas relacionadas con el cine y el mundo editorial, comenzó hace más de 18 años, con buenas dosis de “inconsciencia” un proyecto para investigar una vacuna terapéutica contra el cáncer.
Sigman no contaba entonces ni con la experiencia, ni con el dinero ni los recursos humanos necesarios. Así que no tuvo más remedio que probar caminos nuevos y recurrir a la cooperación con el sector público, algo que en aquella época era bastante inusual en Argentina.
Poco más de un año después de la entrevista el equipo y los socios de Hugo Sigman y su esposa, la bioquímica Silvia Gold, presentaron en la reunión anual de la American Society of Clinical Oncology (ASCO) de Chicago el fruto que comenzaron a buscar: la vacuna terapéutica Vaxira® (racotumomab), una nueva opción de tratamiento para pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas. Este tipo de cáncer de pulmón es de los más letales. Es poco habitual detectarlo en su fase inicial porque cuando los síntomas aparecen ya se encuentra en un periodo avanzado.
Cada año surgen 1,61 millones de nuevos casos y acaba con la vida de 1,38 millones de personas (18,2% de todos los fallecimientos oncológicos), según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre los distintos tipos de cáncer de pulmón, el de células no pequeñas es el más frecuente, con un 70% de prevalencia.
“Con este producto no se elimina el cáncer”, advirtió Sigman, “pero se le da al enfermo la oportunidad de una sobrevida más larga; se triplica la cantidad de pacientes que sobreviven dos años después de iniciada su aplicación. Es el primer tratamiento nuevo para esta indicación que tienen disponible los oncólogos en los últimos 10 años”.
Fuente:http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/30/actualidad/1369930014_539087.html
Este psiquiatra, consejero delegado del grupo Insud, fundador del laboratorio farmacéutico Chemo (con sedes en Madrid y Buenos Aires) y de empresas relacionadas con el cine y el mundo editorial, comenzó hace más de 18 años, con buenas dosis de “inconsciencia” un proyecto para investigar una vacuna terapéutica contra el cáncer.
Sigman no contaba entonces ni con la experiencia, ni con el dinero ni los recursos humanos necesarios. Así que no tuvo más remedio que probar caminos nuevos y recurrir a la cooperación con el sector público, algo que en aquella época era bastante inusual en Argentina.
Poco más de un año después de la entrevista el equipo y los socios de Hugo Sigman y su esposa, la bioquímica Silvia Gold, presentaron en la reunión anual de la American Society of Clinical Oncology (ASCO) de Chicago el fruto que comenzaron a buscar: la vacuna terapéutica Vaxira® (racotumomab), una nueva opción de tratamiento para pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas. Este tipo de cáncer de pulmón es de los más letales. Es poco habitual detectarlo en su fase inicial porque cuando los síntomas aparecen ya se encuentra en un periodo avanzado.
Cada año surgen 1,61 millones de nuevos casos y acaba con la vida de 1,38 millones de personas (18,2% de todos los fallecimientos oncológicos), según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre los distintos tipos de cáncer de pulmón, el de células no pequeñas es el más frecuente, con un 70% de prevalencia.
“Con este producto no se elimina el cáncer”, advirtió Sigman, “pero se le da al enfermo la oportunidad de una sobrevida más larga; se triplica la cantidad de pacientes que sobreviven dos años después de iniciada su aplicación. Es el primer tratamiento nuevo para esta indicación que tienen disponible los oncólogos en los últimos 10 años”.
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