HALLADA UNA BIOMOLÉCULA EN REGIONES DE FORMACIÓN ESTELAR


Un estudio publicado en fecha reciente ha demostrado que algunas moléculas orgánicas complejas que componen las células, y que por tanto constituyen la base para la presencia de la vida en la Tierra, son creadas en regiones de formación estelar. Gracias a un radiotelescopio de 30 metros de diámetro del Instituto de Radioastronomía Milimétrica (IRAM) ubicado en Sierra Nevada, un grupo de astrónomos ha detectado la presencia de la formamida (NH2CHO), una biomolécula a partir de la cual se sintetizan azúcares, carbohidratos, aminoácidos y ácidos nucleicos esenciales para la vida, en las llamadas guarderías de estrellas, nubes de gas y polvo en dónde nacen estrellas como el Sol.

Como sabemos, uno de los mayores retos de la investigación científica espacial es identificar las moléculas precursoras de la vida en nuestro planeta. Al parecer, la formamida, un compuesto prebiótico formado por hidrógeno, carbono, oxígeno y nitrógeno, que ayuda a los investigadores a encontrar respuestas a dicho enigma.

Tras estudiar diez protosoles de origen tanto galáctico como extragaláctico, Ana López, de la Universidad de Tokio, y sus colaboradores observaron cantidades abundantes de la biomolécula en cinco de ellos. En declaraciones de la autora principal del trabajo a la agencia SINC, «la formamida es relativamente abundante en las nubes moleculares y se forma durante las primeras etapas de la evolución de estrellas y planetas». Por otro lado, los otros cinco objetos en los que no se detectó el compuesto eran menos evolucionados y más fríos, «lo que indica que se precisa de una temperatura mínima para que la molécula sea detectada».

Los astrónomos también han logrado explicar, al menos en parte, cómo la formamida puede originarse en ambientes interestelares. Según López, «se formaría en la superficie de los granos de polvo de ácido isociánico (HNCO) presentes en las nubes moleculares, a partir de un proceso de hidrogenación o adición de átomos de hidrógeno». De esta manera, la molécula permanece unida al grano de polvo «hasta que se alcance una temperatura capaz de provocar un proceso de sublimación, que suele ocurrir cuando la protoestrella ya está en una etapa avanzada de su evolución. Es entonces cuando es posible detectar la formamida con los radiotelescopios», asegura la investigadora.

La formamida no es la única molécula orgánica con potencial prebiótico que se observa en el espacio. Este mismo mes se ha publicado en la revista Nature la detección de cianuro de metilo (CH3CN) alrededor de la joven estrella MWC 480, ya en una fase protoplanetaria. «Este otro trabajo demuestra que las moléculas complejas sobreviven hasta etapas más tardías de la formación estelar y que continúan formándose incluso después de esta fase», apunta López. Con todo, la formamida «contiene oxígeno, otro elemento esencial para la vida, y a partir de ella no solo se forman aminoácidos, sino también bases y ácidos nucleicos, es decir, material genético».

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