EL PRIMER LINCE LLEGÓ A LA PENÍNSULA HACE 1.7 MILLONES DE AÑOS


El descubrimiento adelanta en 500.000 años la aparición de este animal en lo que hoy es la Península Ibérica, de un ejemplar que lejano medía entre 10 y 29 centímetros más y contaba con más pelaje por las temperaturas más fría.

Un estudio realizado por el equipo del profesor Alberto Boscaini, del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont, a partir de restos encontrados en la cueva Avenc Marcel ha descrito al primer lince ibérico como un ejemplar que medía entre 10 y 20 centímetros más, y superaba a su descendiente que habita Doñana en la actualidad. Además, según este estudio, su pelaje era más largo que lo habitual para soportar las temperaturas, que rozaban de manera constante la congelación. La investigación ha sido publicada en «Quaternary Science Reviews».

Entre los huesos de caballo, cabra, ciervo, mamut lanudo, zorro y lobo que atesoraba la citada cueva de Avenc Marcel, se ha encontrado parte de un cráneo fosilizado de un ejemplar de lince ibérico

Los restos fósiles de este felino atestiguan su presencia entre hace 1,6 y 1,7 millones de años en la Península. Hasta ahora, los científicos habían datado la aparición del lince ibérico en entre 1 y 1,1 millones de años, por lo que su descubrimiento adelanta en 500.000 años la aparición de este felino en la península ibérica.

Pero es necesario retroceder en el tiempo para entender el origen de la especie más emblemática de la Península, que además es uno de los felinos más amenazados del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

El ancestro común a todas especies de lince, «Lynxissiodorensis», se originó en Norteamérica hace unos cuatro millones de años y se expandió hacia el continente asiático y europeo, donde persistió a lo largo del tiempo. Estas especies experimentaron pocos cambios, y el más evidente fue la disminución del tamaño.

La primera especie de lince en separarse fue «Lynx Rufus», hace unos 2,5 millones de años , que se dispersó por su área norteamericana. En Asia, surgió «Lynx lynx», que más adelante se extendió por Europa, y hace unos 200.000 años por el norte de América dando lugar a Lynx canadensis, que desplazó a Lynx rufus hacia el sur.

La población europea de «L.issiodorensis» dio lugar hace un millón y medio de años a Lynx pardinus, que ha sufrido pocos cambios genéticos desde entonces y que sigue habitando hoy la Península. Según los científicos, este pudo haberse originado por el aislamiento en la Península Ibérica durante uno o sucesivos eventos glaciales.

La nueva datación ofrecida por el estudio –1,6 millones de años– coincide con la época en la que todo el sur de Europa, y especialmente la península ibérica, se convirtieron en un refugio climático ante las glaciaciones del Cuaternario.

El experto ha añadido que «estas se alternaron con dinámicas interglaciales que modificaron enormemente las relaciones de la fauna y de los grandes mamíferos que la habitaban».

Este refugio también fue el hogar de los conejos europeos («Oryctolagus cunilus»), principal presa del lince ibérico en más del 75% de los casos. Los análisis morfológicos del cráneo hallado en Cataluña confirman el tipo de alimento que consumía el felino.

En declaraciones a Sinc, el investigador español ha añadido que «otras características craneanas, relacionadas con la dieta de este carnívoro, testimonian que el lince ibérico cazaba presas de tamaño pequeño, como lagomorfos y roedores, largamente distribuidos en aquel periodo»..

Según el trabajo, la especiación del lince ibérico podría entonces vincularse a la dieta especialista que aún se observa en los ejemplares que viven en la actualidad, cuya principal presa sigue siendo el conejo.

FUENTE:ABCciencia

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