La malaria ,una enfermedad que mata a más de 500.000 personas cada año, sigue siendo uno de los desafíos más importantes para la comunidad médica global. Ninguna otra infección parasitaria ha tenido un efecto de tan amplio alcance en la salud humana. Pero la ausencia de una vacuna que proteja totalmente contra esta enfermedad, la amenaza constante de la resistencia de los mosquitos a los medicamentos y a los insecticidas, sin olvidar, cómo no, la pobreza, que siempre va de la mano de esta enfermedad, dificultan mucho la eliminación y el control del paludismo.
A pesar de que la eficacia de la terapia que combina la artemisinina, junto con el uso de mosquiteras impregnadas de insecticida, han demostrado reducir la malaria de forma importante en la última década, la resistencia de los parásitos a estos compuestos evidencian la necesidad de nuevos tratamientos que sean capaces de burlarlas.
Precisamente en eso es en lo que ha trabajado un equipo internacional de científicos, liderados por la Universidad de Washington, que, han dado con un compuesto que podría jugar un importante papel en la lucha contra esta enfermedad.
El compuesto en sí es un inhibidor de una proteína (conocida por sus siglas DHODH) que ha demostrado ser clave en la malaria. "La DHODH se encarga de la fabricación del ADN que forma el núcleo de las células del parásito de la malaria [el Plasmodium]", y por eso es tan importante bloquearla, explica Javier Gamo, director de la Unidad de malaria de GSK, quien ha participado personalmente en esta investigación.
Lo interesante de este proyecto, explica, es que "es uno de los pocos en los que se sabía desde el principio cuál era la diana [la proteína DHODH]". Es por esto que, "desde el comienzo, el trabajo se enfocó hacia la búsqueda de las moléculas que anularan la acción de la misma", cuenta.
En total, los investigadores diseñaron más de 500 versiones del compuesto inicial, y probaron cómo cada una de ellas inhibía el parásito de la malaria. Finalmente, la versión 265a, a la que han llamado DSM265, ha sido la que mejor ha funcionado. Es un proceso que se conoce como "optimización de cabezas de genes", explica Gamo: "una vez que identificas el compuesto que puede tener esas funciones biológicas, hay que hacerle modificaciones para que tenga las propiedades de un fármaco".
Todavía está en una fase preliminar
Por el momento, este potencial medicamento contra la malaria está todavía en una fase muy preliminar, aunque, después de haber sido probado en ratones, ratas y perros, ya ha superado la primera fase del ensayo clínico, es decir, "ya ha sido probado en humanos sanos". "Ha pasado con éxito esta fase sin haber producido efectos adversos, y hemos visto que es estable en sangre".
"Es importante saber cuánto dura en sangre un medicamento de este tipo, porque así es como vemos si es un tiempo suficiente como para que haga su efecto antimalárico", cuenta Gamo, quien asegura que el inhibidor que han diseñado él y sus compañeros tiene una estabilidad "excelente".
"Hemos comprobado que, con una sola dosis, DSM265 se mantiene en sangre por un período superior a 100 horas, mientras que uno de los antimaláricos más utilizados en la actualidad (la artemisinina), dura menos de una hora", explica Gamo.
Activo en las fases hepáticas
Además, otros de los puntos fuertes de este compuesto recién desarrollado es que también es activo en las fases hepáticas, lo que es muy interesante, porque la picadura del mosquito Anopheles, el que transmite la malaria, no va directamente a la sangre, sino que primero infecta las células del hígado,y a partir de ahí, se reproduce masivamente. De esta forma, al funcionar también en esta fase en la que la malaria aún no se ha liberado en todo el cuerpo, este candidato preclínico "también podría servir desde antes de desarrollar la enfermedad", relata Gamo.
Con estos buenos resultados, el siguiente paso sería probar el compuesto en personas con malaria. Tal y como confirma Gamo. La prioridad, explica este experto, es que el compuesto sirva para el tratamiento contra la malaria, "aunque debido a la vida tan larga que tiene, no se descarta el uso preventivo". "Este inhibidor tiene el potencial tanto para tratar como para prevenir la malaria, aunque esa decisión dependerá de la información que obtengamos del ensayo clínico", explica Margaret Phillips, una de las principales autoras del estudio.
Está por ver cuánto dará de sí esta nueva arma contra la malaria que hoy está dando sus primeros pasos. Habrá que esperar hasta ver los resultados definitivos del ensayo clínico en fase tres que determinará la efectividad final de este potencial medicamento. "Esperamos que, si todo sale bien, este compuesto se convierta en una importante herramienta en la lucha contra la malaria, aunque tendrá que combinarse con otros agentes para intentar evitar las resistencias", resume Phillips.
Fuente : El Mundo.
A pesar de que la eficacia de la terapia que combina la artemisinina, junto con el uso de mosquiteras impregnadas de insecticida, han demostrado reducir la malaria de forma importante en la última década, la resistencia de los parásitos a estos compuestos evidencian la necesidad de nuevos tratamientos que sean capaces de burlarlas.
Precisamente en eso es en lo que ha trabajado un equipo internacional de científicos, liderados por la Universidad de Washington, que, han dado con un compuesto que podría jugar un importante papel en la lucha contra esta enfermedad.
El compuesto en sí es un inhibidor de una proteína (conocida por sus siglas DHODH) que ha demostrado ser clave en la malaria. "La DHODH se encarga de la fabricación del ADN que forma el núcleo de las células del parásito de la malaria [el Plasmodium]", y por eso es tan importante bloquearla, explica Javier Gamo, director de la Unidad de malaria de GSK, quien ha participado personalmente en esta investigación.
Lo interesante de este proyecto, explica, es que "es uno de los pocos en los que se sabía desde el principio cuál era la diana [la proteína DHODH]". Es por esto que, "desde el comienzo, el trabajo se enfocó hacia la búsqueda de las moléculas que anularan la acción de la misma", cuenta.
En total, los investigadores diseñaron más de 500 versiones del compuesto inicial, y probaron cómo cada una de ellas inhibía el parásito de la malaria. Finalmente, la versión 265a, a la que han llamado DSM265, ha sido la que mejor ha funcionado. Es un proceso que se conoce como "optimización de cabezas de genes", explica Gamo: "una vez que identificas el compuesto que puede tener esas funciones biológicas, hay que hacerle modificaciones para que tenga las propiedades de un fármaco".
Todavía está en una fase preliminar
Por el momento, este potencial medicamento contra la malaria está todavía en una fase muy preliminar, aunque, después de haber sido probado en ratones, ratas y perros, ya ha superado la primera fase del ensayo clínico, es decir, "ya ha sido probado en humanos sanos". "Ha pasado con éxito esta fase sin haber producido efectos adversos, y hemos visto que es estable en sangre".
"Es importante saber cuánto dura en sangre un medicamento de este tipo, porque así es como vemos si es un tiempo suficiente como para que haga su efecto antimalárico", cuenta Gamo, quien asegura que el inhibidor que han diseñado él y sus compañeros tiene una estabilidad "excelente".
"Hemos comprobado que, con una sola dosis, DSM265 se mantiene en sangre por un período superior a 100 horas, mientras que uno de los antimaláricos más utilizados en la actualidad (la artemisinina), dura menos de una hora", explica Gamo.
Activo en las fases hepáticas
Además, otros de los puntos fuertes de este compuesto recién desarrollado es que también es activo en las fases hepáticas, lo que es muy interesante, porque la picadura del mosquito Anopheles, el que transmite la malaria, no va directamente a la sangre, sino que primero infecta las células del hígado,y a partir de ahí, se reproduce masivamente. De esta forma, al funcionar también en esta fase en la que la malaria aún no se ha liberado en todo el cuerpo, este candidato preclínico "también podría servir desde antes de desarrollar la enfermedad", relata Gamo.
Con estos buenos resultados, el siguiente paso sería probar el compuesto en personas con malaria. Tal y como confirma Gamo. La prioridad, explica este experto, es que el compuesto sirva para el tratamiento contra la malaria, "aunque debido a la vida tan larga que tiene, no se descarta el uso preventivo". "Este inhibidor tiene el potencial tanto para tratar como para prevenir la malaria, aunque esa decisión dependerá de la información que obtengamos del ensayo clínico", explica Margaret Phillips, una de las principales autoras del estudio.
Está por ver cuánto dará de sí esta nueva arma contra la malaria que hoy está dando sus primeros pasos. Habrá que esperar hasta ver los resultados definitivos del ensayo clínico en fase tres que determinará la efectividad final de este potencial medicamento. "Esperamos que, si todo sale bien, este compuesto se convierta en una importante herramienta en la lucha contra la malaria, aunque tendrá que combinarse con otros agentes para intentar evitar las resistencias", resume Phillips.
Fuente : El Mundo.
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