Un grupo de investigadores del instituto Goldsmiths de la Universidad de Londres han publicado un estudio en la revista Current Biology donde analizó la respuesta de un total de 30 bebés (17 de cuatro meses y 13 de siete meses) ante los estímulos procedentes de “cosquillas monitorizadas” en la planta de los pies.
“Nos preguntamos si los bebés que reciben estímulos en sus extremidades eran conscientes de que procedían del mundo exterior”
Bremner y su equipo dieron con la respuesta probando a cruzar las piernas tanto a los bebés de cuatro meses como a los de siete. Los resultados indicaron que, al hacerles cosquillas, los bebés más jóvenes se equivocaban de pie en un 30%, mientras que en los bebés de siete meses en adelante fallaban en un 50%.
“Con el tiempo asumimos que nuestras extremidades permanecen en lugares concretos. Llegamos a esperar, por ejemplo, que nuestra mano izquierda se encuentra en el lado del extremo izquierdo visual, y que nuestra mano derecha está normalmente en el lado derecho. De la misma manera, esperamos que los toques en nuestro lado derecho tengan su origen ahí. Así que, al cruzar las extremidades, tendemos a cometer errores”, explica Bremner .En otras palabras, los bebés más jóvenes superan a los bebés mayores y adultos en la percepción correcta donde han sido tocados, pero los investigadores recalcan que este estudio solo cuantifica estos fallos cuando las manos y los pies están cruzados.
En realidad, lo que han descubierto los científicos es algo que se lleva investigando desde los años sesenta, pero que “por fin cuantifica, mide, esos aciertos y fallos y se comparan por edades”, ha explicado a Materia Juan Narbona García, especialista en Neuropediatría de la Clínica Universidad de Navarra.
Fuente: El País.
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