Se ha ideado un método nuevo y relativamente accesible para generar un minicerebro biológicamente funcional (aunque no hasta el punto de que se le pueda considerar capaz de pensar y ser autoconsciente). Se llama minicerebros a versiones a menor escala de un cerebro normal. Se trata de pequeñas esferas de tejido propio del sistema nervioso central. El objetivo principal de la creación de minicerebros es poderlos usar como banco de pruebas para nuevos fármacos y tratamientos médicos.
Las pequeñas bolas de masa cerebral desarrolladas por un equipo de investigadoras, de la Universidad Brown en Providence, Rhode Island, Estados Unidos (Molly Boutin, Yu-Ting Dingle y Diane Hoffman-Kim) no están generando ningún pensamiento verdadero, pero producen señales eléctricas y forman sus propias conexiones neuronales (sinapsis), lo cual las convierte en bancos de pruebas fáciles de obtener e ideales para la investigación en neurociencias.
A partir de una pequeña muestra de tejido vivo de un solo roedor es factible generar miles de minicerebros. El procedimiento, con algunas fases de centrifugación, consiste en aislar y concentrar las células deseadas, con el fin de usar luego estas muestras cerebrales refinadas para un cultivo celular en un molde esférico de agarosa.
Los nuevos minicerebros, con alrededor de un tercio de milímetro de diámetro, no son los primeros ni los más sofisticados cultivos celulares funcionales de un sistema nervioso central, tal como el equipo de investigación reconoce, pero requieren menos pasos de elaboración y utilizan materiales más fáciles de obtener.
Las esferas de tejido cerebral comienzan a formarse un día después de la siembra del cultivo celular, y al cabo de dos o tres semanas ya se han formado en ellas complejas redes neurales con estructura en horizontal y en vertical.
Hay costes difíciles de calcular, por supuesto, pero el costo total de producción de cada nuevo minicerebro es del orden de 25 centavos de dólar.
El método produce minicerebros con varias propiedades importantes:
Las pequeñas bolas de masa cerebral desarrolladas por un equipo de investigadoras, de la Universidad Brown en Providence, Rhode Island, Estados Unidos (Molly Boutin, Yu-Ting Dingle y Diane Hoffman-Kim) no están generando ningún pensamiento verdadero, pero producen señales eléctricas y forman sus propias conexiones neuronales (sinapsis), lo cual las convierte en bancos de pruebas fáciles de obtener e ideales para la investigación en neurociencias.
A partir de una pequeña muestra de tejido vivo de un solo roedor es factible generar miles de minicerebros. El procedimiento, con algunas fases de centrifugación, consiste en aislar y concentrar las células deseadas, con el fin de usar luego estas muestras cerebrales refinadas para un cultivo celular en un molde esférico de agarosa.
Los nuevos minicerebros, con alrededor de un tercio de milímetro de diámetro, no son los primeros ni los más sofisticados cultivos celulares funcionales de un sistema nervioso central, tal como el equipo de investigación reconoce, pero requieren menos pasos de elaboración y utilizan materiales más fáciles de obtener.
Las esferas de tejido cerebral comienzan a formarse un día después de la siembra del cultivo celular, y al cabo de dos o tres semanas ya se han formado en ellas complejas redes neurales con estructura en horizontal y en vertical.
Hay costes difíciles de calcular, por supuesto, pero el costo total de producción de cada nuevo minicerebro es del orden de 25 centavos de dólar.
El método produce minicerebros con varias propiedades importantes:
- Hay diversos tipos de células: Los cultivos logrados contienen tanto neuronas excitatorias como neuronas inhibitorias, así como diversas clases esenciales de células neurales de apoyo.
- Son eléctricamente activas: Las neuronas emiten señales eléctricas y forman conexiones sinápticas, produciendo redes complejas.
- La estructura es 3D: Las células se conectan y comunican dentro de una estructura con una geometría realista, en vez de simplemente a través de una superficie plana como en un cultivo 2D.
- La densidad es la natural: Los experimentos han mostrado que los minicerebros tienen una densidad de varios cientos de miles de células por milímetro cúbico, que es similar a la de un cerebro natural de roedor.
- Estructura física adecuada: Las células en el minicerebro producen su propia matriz extracelular, generando un tejido con las mismas propiedades mecánicas que el tejido natural. Además, no necesitan sustentarse en estructuras artificiales tales como andamios de colágeno.
- Gran longevidad: Tal como indican los experimentos, los tejidos cultivados viven por lo menos durante un mes.
Fuente:Noticias de la ciencia
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