Unos científicos han desarrollado un nuevo método que convierte células normales en células madre ''comprimiéndolas''.
La técnica abre las puertas hacia la producción a gran escala de células madre para fines médicos.
Las células madre se hallan ahora en la vanguardia de la medicina moderna. Pueden transformarse en células de órganos diferentes.
Producir el tipo adecuado de células madre de una forma estandarizada es aún un reto complicado. Sin embargo, científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, han desarrollado ahora un gel que aumenta la capacidad de las células normales para transformarse en células madre, simplemente “comprimiéndolas” para que adopten la forma correspondiente.
Existen diferentes tipos de células madre, pero las que son de particular interés médico son las llamadas células madre pluripotentes inducidas (iPSCs). Estas son derivadas de células normales adultas que han sido reprogramadas genéticamente para comportarse como células madre (es por eso que son “inducidas”). Las iPSCs pueden después volver a convertirse en una amplia variedad de tipos celulares distintos, como por ejemplo, hepático, pancreático, pulmonar, cutáneo, etc.
Ha habido muchos intentos de diseñar un método estandarizado para generar tales células madre. Pero incluso aquellos más exitosos han resultado no ser muy efectivos, especialmente para un uso a gran escala. Un problema principal es que las técnicas actuales utilizan el entorno bidimensional de una placa de Petri o dispositivos parecidos, mientras que las células en el cuerpo existen en un mundo tridimensional.
El nuevo método podría ayudar a superar estas dificultades. El enfoque se basa en usar un sistema de cultivo celular tridimensional. Las células normales son colocadas dentro de un gel que contiene nutrientes de crecimiento normales.
Los investigadores descubrieron que podían reprogramar las células más rápido y más eficientemente que con los métodos actuales. Vieron que la clave para lograrlo es simplemente ajustar la composición, y por tanto la rigidez y densidad, del gel. Como resultado de ello, el gel ejerce diferentes fuerzas sobre las células, esencialmente “comprimiéndolas”.
FUENTE: Noticiasdelaciencia
La técnica abre las puertas hacia la producción a gran escala de células madre para fines médicos.
Las células madre se hallan ahora en la vanguardia de la medicina moderna. Pueden transformarse en células de órganos diferentes.
Producir el tipo adecuado de células madre de una forma estandarizada es aún un reto complicado. Sin embargo, científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, han desarrollado ahora un gel que aumenta la capacidad de las células normales para transformarse en células madre, simplemente “comprimiéndolas” para que adopten la forma correspondiente.
Existen diferentes tipos de células madre, pero las que son de particular interés médico son las llamadas células madre pluripotentes inducidas (iPSCs). Estas son derivadas de células normales adultas que han sido reprogramadas genéticamente para comportarse como células madre (es por eso que son “inducidas”). Las iPSCs pueden después volver a convertirse en una amplia variedad de tipos celulares distintos, como por ejemplo, hepático, pancreático, pulmonar, cutáneo, etc.
Ha habido muchos intentos de diseñar un método estandarizado para generar tales células madre. Pero incluso aquellos más exitosos han resultado no ser muy efectivos, especialmente para un uso a gran escala. Un problema principal es que las técnicas actuales utilizan el entorno bidimensional de una placa de Petri o dispositivos parecidos, mientras que las células en el cuerpo existen en un mundo tridimensional.
El nuevo método podría ayudar a superar estas dificultades. El enfoque se basa en usar un sistema de cultivo celular tridimensional. Las células normales son colocadas dentro de un gel que contiene nutrientes de crecimiento normales.
Los investigadores descubrieron que podían reprogramar las células más rápido y más eficientemente que con los métodos actuales. Vieron que la clave para lograrlo es simplemente ajustar la composición, y por tanto la rigidez y densidad, del gel. Como resultado de ello, el gel ejerce diferentes fuerzas sobre las células, esencialmente “comprimiéndolas”.
FUENTE: Noticiasdelaciencia
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