A Omo le pusieron el nombre de un popular detergente de Tanzania. o eligió para ella un guíadel Parque Nacional de Tarangire por su peculiar pelaje blanco. Esta jirafa blanca, de poco más de un año de edad, no es albina, sino que tiene una modificación genética llamada leucismo. Esta alteración se caracteriza por la pérdida general o parcial de pigmentación: las células de la piel no producen pigmentos, pero sí lo hacen los tejidos blandos, lo que permite los ojos oscuros del animal. Este trastorno no es lo mismo que el albinismo, que se debe a la falta de producción de melanina.
Más de la mitad de las jirafas jóvenes no supera el medio año de edad y son el objetivo de leones, hienas y perros salvajes, según la Fundación para la Conservación de la Jirafa. La supervivencia de Omo es todavía más sorprendente: el color de su pelaje la hace más visible y atractiva para los depredadores. "Es un inconveniente evolutivo para ella porque ha perdido de parte del camuflaje que tiene como especie", ha explicado el experto en biología evolutiva, Tomás Marqués.
El Parque Nacional de Tarangire está tomando medidas especiales para su protección, especialmente para alejarla del punto de mira de cazadores furtivos que se interesen por su extraño pelaje.
La frecuencia de animales con leucismo no está comprobada por los expertos. "No es que sea común, pero hay muchos casos descritos", ha razonado Marqués. El catedrático en Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra y genetista de poblaciones, Jaume Bertranpetit, lo considera una modificación inusual: "En general son caracteres que asociamos con enfermedad o anomalía, lo que significa que los animales que lo presenten raramente se reproducirán. Esto mantiene muy baja la frecuencia del gen en la población y hace que sean caracteres muy raros, uno entre decenas de miles".
FUENTE: ELPAIS
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