Un nuevo hallazgo muestra que en el Cretácico Inferior las plantas eran de menor tamaño que las que conocemos hoy y estas eran capaces de sobrevivir en climas hostiles. Numerosos científicos se han preguntado como los vegetales vivían, se adaptaban y se reproducían en su entorno hace más de 100 millones de años.
Y al parecer, un pequeño fósil recientemente encontrado y datado de la época del Cretácico puede ayudar a los investigadores a resolver todas estas dudas y a aclarar el proceso que explique los cambios que han sufrido las plantas terrestres hasta nuestros días.
Y al parecer, un pequeño fósil recientemente encontrado y datado de la época del Cretácico puede ayudar a los investigadores a resolver todas estas dudas y a aclarar el proceso que explique los cambios que han sufrido las plantas terrestres hasta nuestros días.
Este fósil de tan sólo 2,5 milímetros ha sido encontrado en Suecia, junto con otros restos que se han conservado perfectamente, permitiendo así que los investigadores del Museo de Historia Natural de ese mismo país puedan estudiarlos y analizarlos.
El equipo estudió más de 250 semillas procedentes de Norteamérica y Portugal.
De estas 250 semillas, 75 procedían de plantas con flores.
Utilizando alta tecnología fue posible observar los embriones de las semillas y también los tejidos encargados de almacenar los nutrientes que harían posible el desarrollo del embrión de la nueva planta.
De estas 250 semillas, 75 procedían de plantas con flores.
Utilizando alta tecnología fue posible observar los embriones de las semillas y también los tejidos encargados de almacenar los nutrientes que harían posible el desarrollo del embrión de la nueva planta.
El pequeño tamaño de los embriones encontrados en las semillas coincide con la idea de que la inactividad de la semilla es uno de los motivos que permitió a las primeras plantas con flores sobrevivir a las condiciones ambientales poco favorables que se daban.
Los investigadores afirman que estas plantas con flores eran plantas de estatura pequeña pero con ciclos de vida rápidos, pero que sus semillas tenían la capacidad de sobrevivir hasta que se dieran las condiciones ideales para su desarrollo. Esto les permitió colonizar hábitats inestables y por lo tanto ser las primeras en asentarse en territorios desocupados.
Esta investigación ha aportado más información al campo de la ecología y la germinación , ya que con los datos obtenidos se ha podido completar la información que se utiliza hoy para estudiar los cambios ocurridos en la composición de la vegetación terrestre.
Fuente: El País.
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