Después de comparar las bacterias intestinales de una tribu de pigmeos cazadores-recolectores, otra de Bantúes agricultores y la de los norteamericanos, a la conclusión a la que ha llegado Andrés Gómez ha sido: "Somos lo que comemos, y nuestro microbioma es un reflejo muy importante del estilo de vida".
Gómez estudiaba los microbios intestinales por la curiosidad que sintió de saber cómo sería la de la tribu de pigmeos cazadores-recolectores, la de bantúes agricultores y la de norteamericanos, cómo influye en la diversidad bacteriana y cómo ésta ha ido cambiando a lo largo de la evolución de nuestra especie.
Se recogieron muestras fecales de los Baka (pigmeos cazadores-colectores) y la de los Bantúes. Aunque viven cerca, tienen modos de vida muy diferentes: los Baka viven de la caza, la pesca y recolección de frutas y verduras; en cambio, los Bantúes se basan en la agricultura y la ganadería ("economía de mercado"): cultivan tubérculos, frutas y otras plantas, productos derivados de la harina y crían cabras para carne. Utilizan antibióticos y otros fármacos cuando dispones de ellos, también.
LA EVOLUCIÓN "ESCRITA" EN EL INTESTINO
Los datos de secuenciación revelaron que la abundancia de grupos bacterianos tradicionales se redujo en los bantúes y que los Baka tenían bacterias relacionadas especializadas en descomponer la fibra vegetal, por ejemplo. Gómez explicó también que el microbioma Baka es más similar al de los primates salvajes que al de americanos o europeos.
Los científicos descubrieron que había una transición paulatina, entre los Baka y el microbioma "occidental", en las vías metabólicas implicadas en el procesamiento de los hidratos de carbono y "sustancias extrañas al organismo" (xenobióticos), al investigar las funciones de las diferentes comunidades bacterianas intestinales encontradas en las muestras.
LA HUELLA DEL BISFENOL
Los bantúes tenían más bacterias implicadas en las vías de degradación de bisfenol, similar a los observados en estadounidenses. También tenían más bacterias capaces de degradar aditivos alimentarios y medicamentos, pero habían perdido algunas de las especies que sí estaban presentes en la flora de los Baka.
Como conclusión, Gémes explica que el enriquecimiento en las vías de procesamiento de los glúcidos y xenobióticos de los Bantúes y americanos tiene que ver con su dieta alimenticia, mientras que los Baka consumen más plantas fibrosas por lo que no desarrollan las mismas características de procesamiento de los alimentos que los bantúes.
Por otra parte, el estudio apoya la idea de que la dieta es el factor más influyente en la composición del microbioma en los seres humanos, lo que indica que el cambio de vida obligó una adaptación de la flora intestinal.
Fuente: ABC
Gómez estudiaba los microbios intestinales por la curiosidad que sintió de saber cómo sería la de la tribu de pigmeos cazadores-recolectores, la de bantúes agricultores y la de norteamericanos, cómo influye en la diversidad bacteriana y cómo ésta ha ido cambiando a lo largo de la evolución de nuestra especie.
Se recogieron muestras fecales de los Baka (pigmeos cazadores-colectores) y la de los Bantúes. Aunque viven cerca, tienen modos de vida muy diferentes: los Baka viven de la caza, la pesca y recolección de frutas y verduras; en cambio, los Bantúes se basan en la agricultura y la ganadería ("economía de mercado"): cultivan tubérculos, frutas y otras plantas, productos derivados de la harina y crían cabras para carne. Utilizan antibióticos y otros fármacos cuando dispones de ellos, también.
LA EVOLUCIÓN "ESCRITA" EN EL INTESTINO
Los datos de secuenciación revelaron que la abundancia de grupos bacterianos tradicionales se redujo en los bantúes y que los Baka tenían bacterias relacionadas especializadas en descomponer la fibra vegetal, por ejemplo. Gómez explicó también que el microbioma Baka es más similar al de los primates salvajes que al de americanos o europeos.
Los científicos descubrieron que había una transición paulatina, entre los Baka y el microbioma "occidental", en las vías metabólicas implicadas en el procesamiento de los hidratos de carbono y "sustancias extrañas al organismo" (xenobióticos), al investigar las funciones de las diferentes comunidades bacterianas intestinales encontradas en las muestras.
LA HUELLA DEL BISFENOL
Los bantúes tenían más bacterias implicadas en las vías de degradación de bisfenol, similar a los observados en estadounidenses. También tenían más bacterias capaces de degradar aditivos alimentarios y medicamentos, pero habían perdido algunas de las especies que sí estaban presentes en la flora de los Baka.
Como conclusión, Gémes explica que el enriquecimiento en las vías de procesamiento de los glúcidos y xenobióticos de los Bantúes y americanos tiene que ver con su dieta alimenticia, mientras que los Baka consumen más plantas fibrosas por lo que no desarrollan las mismas características de procesamiento de los alimentos que los bantúes.
Por otra parte, el estudio apoya la idea de que la dieta es el factor más influyente en la composición del microbioma en los seres humanos, lo que indica que el cambio de vida obligó una adaptación de la flora intestinal.
Fuente: ABC
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