Científicos han anunciado el hallazgo de una flor posiblemente tóxica que vivió entre 20 millones y 30 millones de años atrás, llamada Strychnos electri, dentro de un ámbar desenterrado en la ladera de una montaña en República Dominicana. Esto podría indicar que las junglas prehistóricas allí instauradas en el pasado podrían tener algo que ver en el origen biológico de algunos de los venenos más utilizados hoy en día.
Lo que más impresionó a los científicos fue el estupendo estado en el que se conservaba los fósiles, algo poco común considerando que estaban contenidos en ámbar, en el cual habitualmente solo se conservan partes de la flor y no la misma entera. "Parecía que estuvieran recién caídas del árbol", indica Pinar.
Lena tardó varios meses en determinar estas flores como pertenecientes a este género, ya que usualmente está comprendido por árboles arbustos y lianas tropicales. Después, esta, sorprendida, realizó una comparación taxonómica de estos fósiles con otros pertenecientes también al mismo género pero de hace mucho menos tiempo (200 años), Después de haber hecho esto, la científica no tardó en afirmar cómo los descubrimientos como este influyen en nuestro conocimiento de los ecosistemas de pasados más lejanos. "Demuestran que las astéridas, que más tarde dieron a los humanos todo tipo de alimentos y otros productos, ya estaban evolucionando hace millones de años", añade.
Representando más de un tercio de todas las plantas con flores (angiospermas) de la Tierra, las astéridas se encuentran entre las plantas más diversas del planeta.
Hoy en día, los seres humanos han obtenido beneficio de la toxicidad desarrollada por este tipo de plantas desarrollando con ellos venenos e incluso exprimiendo sus propiedades medicinales. Aunque en pequeñas dosis la estricnina puede aumentar la actividad muscular y cerebral, esta es utilizada como pesticida y como componente letal del raticida. Por otra parte, el curare se utiliza tanto en la cirugía en pequeñas dosis (como relajante muscular) hoy en día como tiempo atrás era utilizada como veneno presente en las puntas de las flechas y dardos de cerbatana para paralizar presas durante la caza.
Las Strychnos están siendo estudiadas actualmente dadas sus propiedades medicinales, las cuales podrían ser clave para por ejemplo el tratamiento de los parásitos intestinales o para combatir la malaria.
Lo que podemos extraer de este descubrimiento, más allá de una nueva especie, es la conciencia de que todavía existen muchas especies sin clasificar en la Historia Natural, que nos lleva a pensar que es posible que existan muchas otras familias de plantas en los bosques tropicales que hayan evolucionado del Cretácico Superior.
Fuente: El Mundo.
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