Unos investigadores han descubierto un proceso natural que describen como fotosíntesis inversa. En el proceso, la energía de los rayos solares descompone, en vez de producir material vegetal, como sí sucede en la fotosíntesis convencional.
En el nuevo proceso, la luz solar es recogida por la clorofila, la misma molécula que se emplea en la fotosíntesis. Combinada con una enzima específica, la luz solar descompone ahora la biomasa vegetal, lo cual tiene como posibles usos la producción de sustancias químicas, biocombustibles u otros productos, que de otro modo podrían necesitar mucho más tiempo para su elaboración.
Al incrementar la velocidad de producción y además reducir la contaminación, el descubrimiento tiene el potencial de revolucionar diversos sectores industriales.
La industria petroquímica es indispensable para el funcionamiento de la sociedad. Sin embargo, sigue siendo problemática tanto para el medio ambiente como para el clima, y además el petróleo no durará siempre.
Claus Felby y David Cannella, de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, han logrado ahora un gran avance, con el potencial de transformar la forma en que usamos los recursos naturales de la Tierra.
El descubrimiento implica que mediante la utilización del Sol será posible producir biocombustibles, así como biosustancias químicas para elaborar materiales como los plásticos, de una forma más rápida, a menores temperaturas y con una eficiencia energética mejorada. Algunas de las reacciones, que actualmente necesitan 24 horas, pueden conseguirse en apenas 10 minutos utilizando el Sol.
Los investigadores aún no saben lo extendida que está la “fotosíntesis inversa”, que usa luz, clorofila y monooxigenasas, en la naturaleza, pero hay muchas indicaciones de que hongos y bacterias la utilizan como un “martillo de Thor” para acceder a los azúcares y nutrientes en las plantas.
La “fotosíntesis inversa” tiene el potencial de romper los enlaces químicos entre el carbono y el hidrógeno, una cualidad que podría ser desarrollada para convertir el biogás de metano procedente de instalaciones, en metanol, un combustible líquido, bajo condiciones ambientales. Como materia prima, el metano es muy atractivo porque puede ser empleado por la industria petroquímica y procesado para elaborar combustibles, así como otras sustancias químicas útiles.
La “fotosíntesis inversa” tiene el potencial de romper los enlaces químicos entre el carbono y el hidrógeno, una cualidad que podría ser desarrollada para convertir el biogás de metano procedente de instalaciones, en metanol, un combustible líquido, bajo condiciones ambientales. Como materia prima, el metano es muy atractivo porque puede ser empleado por la industria petroquímica y procesado para elaborar combustibles, así como otras sustancias químicas útiles.
Se necesitarán investigaciones adicionales antes de que el descubrimiento pueda beneficiar directamente a la sociedad, pero su potencial es muy bueno.
Fuente: NCYT
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