Adenovirus observados con microscopio electrónico. |
Los adenovirus son causantes de resfriados y diarreas y se encuentran por todas partes. No obstante, poseen características que los hacen versátiles para la ambición de destruir el cáncer. “Son relativamente fáciles de producir en grandes cantidades y su genoma es grande, con sitio para introducir los genes que te interesen”, explica Carmen San Martín, investigadora del Centro Nacional de Biotecnología. Con ello, añade que, los adenovirus pueden ser modificados para que actúen como biomedicinas contra algunas enfermedades.
La bióloga Marta Alonso trabaja el estudio de tumores cerebrales infantiles, los más letales en niños. La investigadora, iniciará a finales de año, un ensayo clínico con adenovirus modificados para atacar el glioma difuso de tronco encefálico.
En algunos casos, anecdóticos, los tumores cerebrales se han reducido “considerablemente”. Una de las hipótesis del equipo de investigación de Alonso es que, en ocasiones, “el virus cae como una bomba y hace que el propio sistema inmune del paciente empiece a reconocer el tumor”.
El biólogo Ramón Alemany lleva 20 años intentando materializar el sueño de los adenovirus contra el cáncer. Tiene los pies en el suelo. Recuerda que, pese a décadas de investigación, en todo el mundo sólo se ha aprobado un tratamiento con adenovirus y fue en China, en 2005. Desde entonces, nada. “Y la eficacia de ese fármaco ni siquiera está demostrada según los criterios europeos y estadounidenses”, apunta Alemany.
Los adenovirus presentan varios obstáculos: muchas veces no llegan al tumor de manera eficiente y, a menudo, las defensas del organismo neutralizan al virus antes de que dispare una respuesta contra el cáncer. El enemigo es gigantesco. Sin embargo, el adenovirus modificado Icovir-5 de Alemany ha servido desde 2005 para tratar de manera experimental a 20 niños con neuroblastoma. Utilizando células de la médula ósea de los propios niños extraídas e infectadas con el adenovirus, el tratamiento ha resultado positivo en cinco de los niños. Uno de ellos lleva 10 años sin cáncer.
Por otro lado, Alemany pide frenar el optimismo pues, otro de sus adenovirus modificados, el Icovir-17K, se ha probado en 24 pacientes adultos (pinchado en vena), la mitad con cáncer de colon y la otra mitad con tumores en el páncreas, y no se han observado resultados positivos.
La bioquímica Cristina Fillat, que investiga en ratones algunos adenovirus modificados con potencial contra el cáncer de páncreas, es más optimista. Fillat destaca que hace solo unos meses la UE y EE UU aprobaron el primer virus oncolítico, el T-VEC. No es un adenovirus, sino un virus del herpes labial modificado genéticamente para detener la progresión del cáncer de piel más agresivo, el melanoma. El virus penetra y se multiplica en las células tumorales, que explotan y liberan sustancias que activan las defensas del organismo. Los pacientes con melanoma avanzado que reciben T-VEC viven una media de 41 meses, frente a los 21 meses de los que reciben un tratamiento de control.
Fillat cree que la aprobación del T-VEC es un espaldarazo a los investigadores del adenovirus. Para Alemany, el futuro pasa por combinar la acción de los virus oncolíticos con la inmunoterapia, como los anticuerpos monoclonales, creados en laboratorio, que se adhieren a las células tumorales y atraen la atención de las defensas del organismo.
Fuente: El País
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