Hasta ahora, los microtúneles tubulares de los que se cree que son la huella fósil formada por microbios que habitaban los interiores de rocas volcánicas habían sido detectados solo en sitios de dos clases: subglaciales (bajo una capa de hielo) y oceánicos.
Matthew Nikitczuk y Mariek Schmidt, de la Universidad Brock, así como Roberta Flemming, de la Universidad de Ontario Occidental, ambas instituciones en Canadá, han realizado la primera observación de tales estructuras en vidrio basáltico volcánico liberado en un antiguo entorno lacustre continental, el campo volcánico de Fort Rock, en Oregón, Estados Unidos.
Como resultado de ello, se expande el registro de actividad de microorganismos bajo la superficie en forma de microperforaciones endolíticas. El conocimiento científico sobre la diversidad de entornos y condiciones en los que se pueden formar los microtúneles queda así ampliado, aumentando también el conocimiento científico sobre ambientes potencialmente habitables en la Tierra y en otros mundos.
El campo volcánico de Fort Rock tiene características análogas a lugares encontrados en Marte, como los cráteres de Gale y Gusev. La presencia de esas estructuras en este nuevo ambiente geológico podría sugerir que los microbios subterráneos (o evidencias de ellos), si existen en Marte, podrían encontrarse más cerca de la superficie de lo que se pensaba previamente. Esta información puede por tanto ayudar a planificar mejor algunas misiones futuras a Marte (como el proyecto Mars 2020) permitiendo que se seleccionen para ellas puntos de exploración de enorme interés y que las operaciones sobre el terreno incluyan la búsqueda de biofirmas y la localización de piedras adecuadas para un envío de muestras a la Tierra.
FUENTE: noticiasdelaciencia
Matthew Nikitczuk y Mariek Schmidt, de la Universidad Brock, así como Roberta Flemming, de la Universidad de Ontario Occidental, ambas instituciones en Canadá, han realizado la primera observación de tales estructuras en vidrio basáltico volcánico liberado en un antiguo entorno lacustre continental, el campo volcánico de Fort Rock, en Oregón, Estados Unidos.
Como resultado de ello, se expande el registro de actividad de microorganismos bajo la superficie en forma de microperforaciones endolíticas. El conocimiento científico sobre la diversidad de entornos y condiciones en los que se pueden formar los microtúneles queda así ampliado, aumentando también el conocimiento científico sobre ambientes potencialmente habitables en la Tierra y en otros mundos.
El campo volcánico de Fort Rock tiene características análogas a lugares encontrados en Marte, como los cráteres de Gale y Gusev. La presencia de esas estructuras en este nuevo ambiente geológico podría sugerir que los microbios subterráneos (o evidencias de ellos), si existen en Marte, podrían encontrarse más cerca de la superficie de lo que se pensaba previamente. Esta información puede por tanto ayudar a planificar mejor algunas misiones futuras a Marte (como el proyecto Mars 2020) permitiendo que se seleccionen para ellas puntos de exploración de enorme interés y que las operaciones sobre el terreno incluyan la búsqueda de biofirmas y la localización de piedras adecuadas para un envío de muestras a la Tierra.
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