Los especialistas del Hospital Quirónsalud de Torrevieja han ensayado con éxito una nueva técnica denominada microarrays, que puede mejorar los resultados contra el cáncer en algunos enfermos con metástasis. «El estudio de los genes nos ha dado la esperanza en los tumores resistentes al tratamiento de quimioterapia», explican desde el centro sanitario.
Se trata de un análisis genético del tumor que permite identificar, de una forma clara y directa, una batería de entre cinco y ocho fármacos que combaten cada caso concreto, así como una lista de los medicamentos a los que es resistente. La Plataforma de Oncología de Quirónsalud Torrevieja, que dirige el doctor Antonio Brugarolas, ha aplicado este método y se muestra optimista. «El hallazgo puede alargar la esperanza de vida, una línea de trabajo que nos acerca al futuro, con este procedimiento se ha abierto una ventana a los pacientes de cáncer con metástasis y desahuciados por ausencia de nuevas alternativas al tratamiento», resaltan.
Esta técnica individualizada se denomina «a la carta» y una de sus efectos más importantes es la mejora de la calidad de vida. Brugarolas asegura que es «un avance probado en 80 pacientes de entre 41 y 70 años, afectados de cánceres de mama, pulmón, páncreas, colorrectal, ovario, gástrico, hígado y sarcomas, entre otros tumores».
Ese estudio genético sirve para saber el comportamiento de los genes del cáncer y las vías y mecanismos de crecimiento y supervivencia del tumor. De esta manera, la quimioterapia seleccionada para estos enfermos ha sido más sencilla y menos tóxica que las consideradas convencionales.
Detiene el tumor
Como consecuencia del estudio genético del tumor, los medicamentos administrados han conseguido un beneficio clínico en el 75% o el 85% de los pacientes, según estas fuentes. Por tanto, el tumor responde de una manera que se puede medir. Así, en un 50% aproximado se ha observado una estabilización del tumor, lo que significa que se detiene su avance. De este modo, en casi la mitad de los casos se prolonga la vida durante más de un año. Con la quimioterapia normal, en estos casos, puede llegar hasta los tres meses la supervivencia.
Al paciente se le hace una biopsia y se obtiene una muestra tumoral fresca que se analiza. Los genes se comparan con los del mismo tejido de origen sano, identificando los que están por encima y por debajo de los valores normales. De este modo, el informe final proporciona una lista de genes que un especialista debe correlacionar con los diferentes medicamentos. El paciente pasa por una revisión trimestral y los resultados muestran las actualizaciones que hayan confirmado tener valor predictivo en la aparición de respuesta a la quimioterapia.
Acerca de su repercusión posterior, desde el hospital prevén que «este procedimiento se hará más sencillo en un futuro próximo, ya que actualmente los requerimientos estructurales y técnicos impiden generalizar la técnica y aplicarla a los pacientes antes de comenzar la quimioterapia».
Esas limitaciones surgen también porque resulta muy disponer de un profesional interesado en la aplicación clínica que sepa de biología molecular y conozca todos los tipos de quimioterapia, señalan. Por tanto, es imprescindible que la técnica de los microarrays se haga en un equipo «multidisciplinar», apunta el doctor Brugarolas
La importancia de la técnica es, a su entender, manifiesta. «En los últimos tiempos existe una gran inquietud entre la comunidad científica por las nuevas oportunidades de tratamiento que ofrecen los llamados medicamentos diana contra el cáncer, ya que se dirigen a alteraciones moleculares específicas de cada tumor y esto hace posible el tratamiento según las características de cada caso», continúa.
Al mismo tiempo, existe una gran confusión porque en cada cáncer el número de genes alterados puede llegar al centenar y es muy raro encontrar patrones homogéneos, lo que hace que cada tumor sea distinto.
FUENTE: ABC
Se trata de un análisis genético del tumor que permite identificar, de una forma clara y directa, una batería de entre cinco y ocho fármacos que combaten cada caso concreto, así como una lista de los medicamentos a los que es resistente. La Plataforma de Oncología de Quirónsalud Torrevieja, que dirige el doctor Antonio Brugarolas, ha aplicado este método y se muestra optimista. «El hallazgo puede alargar la esperanza de vida, una línea de trabajo que nos acerca al futuro, con este procedimiento se ha abierto una ventana a los pacientes de cáncer con metástasis y desahuciados por ausencia de nuevas alternativas al tratamiento», resaltan.
Esta técnica individualizada se denomina «a la carta» y una de sus efectos más importantes es la mejora de la calidad de vida. Brugarolas asegura que es «un avance probado en 80 pacientes de entre 41 y 70 años, afectados de cánceres de mama, pulmón, páncreas, colorrectal, ovario, gástrico, hígado y sarcomas, entre otros tumores».
Ese estudio genético sirve para saber el comportamiento de los genes del cáncer y las vías y mecanismos de crecimiento y supervivencia del tumor. De esta manera, la quimioterapia seleccionada para estos enfermos ha sido más sencilla y menos tóxica que las consideradas convencionales.
Detiene el tumor
Como consecuencia del estudio genético del tumor, los medicamentos administrados han conseguido un beneficio clínico en el 75% o el 85% de los pacientes, según estas fuentes. Por tanto, el tumor responde de una manera que se puede medir. Así, en un 50% aproximado se ha observado una estabilización del tumor, lo que significa que se detiene su avance. De este modo, en casi la mitad de los casos se prolonga la vida durante más de un año. Con la quimioterapia normal, en estos casos, puede llegar hasta los tres meses la supervivencia.
Al paciente se le hace una biopsia y se obtiene una muestra tumoral fresca que se analiza. Los genes se comparan con los del mismo tejido de origen sano, identificando los que están por encima y por debajo de los valores normales. De este modo, el informe final proporciona una lista de genes que un especialista debe correlacionar con los diferentes medicamentos. El paciente pasa por una revisión trimestral y los resultados muestran las actualizaciones que hayan confirmado tener valor predictivo en la aparición de respuesta a la quimioterapia.
Acerca de su repercusión posterior, desde el hospital prevén que «este procedimiento se hará más sencillo en un futuro próximo, ya que actualmente los requerimientos estructurales y técnicos impiden generalizar la técnica y aplicarla a los pacientes antes de comenzar la quimioterapia».
Esas limitaciones surgen también porque resulta muy disponer de un profesional interesado en la aplicación clínica que sepa de biología molecular y conozca todos los tipos de quimioterapia, señalan. Por tanto, es imprescindible que la técnica de los microarrays se haga en un equipo «multidisciplinar», apunta el doctor Brugarolas
La importancia de la técnica es, a su entender, manifiesta. «En los últimos tiempos existe una gran inquietud entre la comunidad científica por las nuevas oportunidades de tratamiento que ofrecen los llamados medicamentos diana contra el cáncer, ya que se dirigen a alteraciones moleculares específicas de cada tumor y esto hace posible el tratamiento según las características de cada caso», continúa.
Al mismo tiempo, existe una gran confusión porque en cada cáncer el número de genes alterados puede llegar al centenar y es muy raro encontrar patrones homogéneos, lo que hace que cada tumor sea distinto.
FUENTE: ABC
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