LA NAVE DE EXOMARS FALLÓ


Los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) a cargo de la misión ExoMars 2016 han empezado a investigar qué le pudo ocurrir a la nave Schiaparelli, que debía haberse posado el miércoles en Marte y sin embargo desapareció de radar 50 segundos antes de tocar suelo marciano.

El módulo debería haber aterrizado ayer en el Planeta Rojo, pero poco antes de que acabaran los seis de minutos de descenso a través de la atmósfera marciana se perdió toda comunicación y, hasta ahora, no se ha restablecido.


Europa puso un pie en Marte este mismo miércoles. Lo cierto es que la Agencia Espacial Europea (ESA) ya tenía una sonda allí desde 2003, la Mars Express, pero ayer tuvo éxito al poner en la órbita de Marte un sofisticado e importante satélite de exploración, el Trace Gas Orbiter (TGO). Se trata del módulo de aterrizaje experimental Schiaparelli, una “galleta” de 600 kilogramos cuya finalidad era probar que los sistemas europeos de aterrizaje funcionan y permitirán llevar a Marte a la segunda misión del programa ExoMars: ExoMars 2020, una etapa en la que se posará en Marte un sofisticado rover de exploración.

El objetivo del módulo Schiaparelli es ensayar la tecnología necesaria para que dentro de cuatro años, la ESA y Roscosmos (la agencia rusa), envíen un vehículo robótico (rover) que busque indicios de vida en Marte perforando su superficie hasta los dos metros de profundidad.

Tiene la relevante tarea de averiguar si el metano de la atmósfera de Marte es causado por seres vivos o por la actividad geológica del planeta.

De acuerdo con los datos analizados hasta el momento, el fallo sucedió porque los paracaídas se desprendieron antes de tiempo. A continuación se encendieron los cohetes, pero “se activaron durante menos tiempo del que debían”. “Lo más probable es que la nave chocase contra la superficie a una velocidad que no pudo aguantar”, explica Andrea Accomazzo, responsable de operaciones de naves espaciales la ESA.

Los ingenieros están ahora analizando todos los datos de telemetría y de radio para determinar si la sonda iba a una velocidad demasiado alta como para que todos sus sistemas de comunicación hayan quedado inservibles tras el choque, o si explotó al contacto con el suelo.

 La Schiaparelli tomó fotografías durante su descenso, pero debía enviarlas solo después del aterrizaje. Tras el incidente, es posible que no se puedan recuperar.

Fuente: El Paísabc

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