El hombre culpado de haber llevado el VIH Estados Unidos por fin ha podido limpiar su nombre.
“Nadie debería ser responsabilizado por la propagación de un virus que ni siquiera era conocido, y cómo fue que el virus viajó desde el Caribe a Nueva York, en Estados Unidos, en la década de los 70 sigue siendo una pregunta abierta”, dijo en una conferencia el Doctor Michael Worobey, profesor y titular del departamento de ecología y biología evolutiva de la Universidad de Arizona.
Una nueva investigación ha probado que Gaëtan Dugas, un auxiliar de vuelo francocanadiense identificado como el “paciente cero”, no fue quien propagó el VIH, el virus del sida, en Estados Unidos.
Un innovador análisis realizado a pruebas de sangre de la década de los 70 ofrece una nueva visión sobre cómo se esparció el virus en Norteamérica desde el Caribe y África. Más de 1,2 millones de personas en Estados Unidos viven hoy con VIH. La investigación, dirigida por un equipo internacional de científicos, apareció en la publicación especializada Nature.
“Pudo haber sido una persona de cualquier nacionalidad. Incluso pudo tratarse de material sanguíneoya que mucho del material sanguíneo utilizado en Estados Unidos en la década de los 70 provenía de Haití”, dijo también el Doctor Michael Worobey. “Lo que hemos hecho aquí es tratar de llegar al origen de los primeros casos de sida de los que se tuvo noticia… Cuando retrocedes en el tiempo, se puede observar un patrón muy interesante”.
En 1981, investigadores de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) fueron los primeros en documentar la existencia de una misteriosa enfermedad. En su investigación, pudieron ligar el virus de la inmunodeficiencia humana, o VIH, con la actividad sexual.
Los investigadores empezaron a estudiar un grupo de hombres homosexuales con VIH, y comenzando en California, eventualmente conectaron en esta red a más de 40 hombres en 10 ciudades estadounidenses.
Dugas estaba posicionado casi al centro de este grupo y los investigadores lo identificaron como “paciente O”, una abreviatura para indicar que vivía fuera (Outside) de California. Sin embargo, la letra “O” fue confundida con un “0” (cero) en la literatura científica. Una vez que los medios y la opinión pública conocieron la noticia, el daño estaba hecho.
Dugas y su familia fueron condenados por años.
Dugas murió en 1984 por complicaciones relacionadas con el sida. Ahora, más de 30 años después, los científicos han usado sus pruebas sanguíneas para limpiar su nombre.
La secuencia de genomas permite a los científicos dar un vistazo en el tiempo para determinar cómo surgió un virus y adónde viajó, examinando las mutaciones que aparecieron en el genoma.
Los expertos estiman que el VIH se transmitió a los humanos luego de que un chimpancé infectara a un solo individuo a principios del siglo XX en el África subsahariana. El consenso general entre los científicos es que el VIH luego cruzó el Atlántico y se propagó rápidamente por el Caribe antes de llegar a Estados Unidos, probablemente desde Haití, dijo Curran.
El equipo detrás de la nueva investigación espera ahora que sus hallazgos puedan llevar a una mejor comprensión de cómo el VIH se extendió en diferentes poblaciones, y cómo culpar a un solo paciente del ascenso del patógeno sigue siendo problemático.
“En muchos sentidos, la evidencia histórica ha venido apuntando durante décadas hacia la falacia de esta particular noción del ‘paciente cero’”, dijo Richard McKay, historiador de la medicina de la Universidad de Cambridge y co-autor de la nueva investigación.
“El nuevo estudio ilumina desde diversos ángulos para un mejor entendimiento de la complejidad de un importante periodo del pasado”, afirmó. “En vista de esta complejidad, uno de los peligros de enfocarse en un solo ‘paciente cero’ al discutir las fases iniciales de una epidemia es que nos arriesgamos a confundir importantes factores estructurales que pudieron contribuir a su desarrollo: pobreza, desigualdades culturales y legales o impedimentos al cuidado de la salud y la educación. Estos determinantes claves corren el riesgo de ser pasados por alto”.
FUENTE: ENTRAVISIÓN
“Nadie debería ser responsabilizado por la propagación de un virus que ni siquiera era conocido, y cómo fue que el virus viajó desde el Caribe a Nueva York, en Estados Unidos, en la década de los 70 sigue siendo una pregunta abierta”, dijo en una conferencia el Doctor Michael Worobey, profesor y titular del departamento de ecología y biología evolutiva de la Universidad de Arizona.
Una nueva investigación ha probado que Gaëtan Dugas, un auxiliar de vuelo francocanadiense identificado como el “paciente cero”, no fue quien propagó el VIH, el virus del sida, en Estados Unidos.
Un innovador análisis realizado a pruebas de sangre de la década de los 70 ofrece una nueva visión sobre cómo se esparció el virus en Norteamérica desde el Caribe y África. Más de 1,2 millones de personas en Estados Unidos viven hoy con VIH. La investigación, dirigida por un equipo internacional de científicos, apareció en la publicación especializada Nature.
“Pudo haber sido una persona de cualquier nacionalidad. Incluso pudo tratarse de material sanguíneoya que mucho del material sanguíneo utilizado en Estados Unidos en la década de los 70 provenía de Haití”, dijo también el Doctor Michael Worobey. “Lo que hemos hecho aquí es tratar de llegar al origen de los primeros casos de sida de los que se tuvo noticia… Cuando retrocedes en el tiempo, se puede observar un patrón muy interesante”.
En 1981, investigadores de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) fueron los primeros en documentar la existencia de una misteriosa enfermedad. En su investigación, pudieron ligar el virus de la inmunodeficiencia humana, o VIH, con la actividad sexual.
Los investigadores empezaron a estudiar un grupo de hombres homosexuales con VIH, y comenzando en California, eventualmente conectaron en esta red a más de 40 hombres en 10 ciudades estadounidenses.
Dugas estaba posicionado casi al centro de este grupo y los investigadores lo identificaron como “paciente O”, una abreviatura para indicar que vivía fuera (Outside) de California. Sin embargo, la letra “O” fue confundida con un “0” (cero) en la literatura científica. Una vez que los medios y la opinión pública conocieron la noticia, el daño estaba hecho.
Dugas y su familia fueron condenados por años.
Dugas murió en 1984 por complicaciones relacionadas con el sida. Ahora, más de 30 años después, los científicos han usado sus pruebas sanguíneas para limpiar su nombre.
La secuencia de genomas permite a los científicos dar un vistazo en el tiempo para determinar cómo surgió un virus y adónde viajó, examinando las mutaciones que aparecieron en el genoma.
Los expertos estiman que el VIH se transmitió a los humanos luego de que un chimpancé infectara a un solo individuo a principios del siglo XX en el África subsahariana. El consenso general entre los científicos es que el VIH luego cruzó el Atlántico y se propagó rápidamente por el Caribe antes de llegar a Estados Unidos, probablemente desde Haití, dijo Curran.
El equipo detrás de la nueva investigación espera ahora que sus hallazgos puedan llevar a una mejor comprensión de cómo el VIH se extendió en diferentes poblaciones, y cómo culpar a un solo paciente del ascenso del patógeno sigue siendo problemático.
“En muchos sentidos, la evidencia histórica ha venido apuntando durante décadas hacia la falacia de esta particular noción del ‘paciente cero’”, dijo Richard McKay, historiador de la medicina de la Universidad de Cambridge y co-autor de la nueva investigación.
“El nuevo estudio ilumina desde diversos ángulos para un mejor entendimiento de la complejidad de un importante periodo del pasado”, afirmó. “En vista de esta complejidad, uno de los peligros de enfocarse en un solo ‘paciente cero’ al discutir las fases iniciales de una epidemia es que nos arriesgamos a confundir importantes factores estructurales que pudieron contribuir a su desarrollo: pobreza, desigualdades culturales y legales o impedimentos al cuidado de la salud y la educación. Estos determinantes claves corren el riesgo de ser pasados por alto”.
FUENTE: ENTRAVISIÓN
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