El color de los dinosaurios siempre ha sido un tema controvertido porque por lo general solo se preservan sus huesos. Pero recientemente un equipo de científicos ha hallado melanina fosilizada –un pigmento que da el color a la piel y las plumas de los pájaros– en restos fósiles de mamíferos de millones de años de antigüedad, lo que ha permitido concretar el color del animal.
«Los pigmentos se encuentran en los residuos orgánicos de los fósiles de plumas o piel preservada de dinosaurios, pero hasta ahora solo hemos sido capaces de identificar el color de algunos dinosaurios con plumas: uno se parecía a un pollo cubierto de lentejuelas y el otro era iridiscente”, concreta a Sinc Jakob Vinther, de la Universidad de Bristol (Reino Unido), y autor principal del estudio que publica ahora la revista Current Biology.
El trabajo se centra en el psittacosaurio –que significa lagarto-loro por su curioso pico– y que, según los resultados, parecía un dinosaurio desnudo: era claro en su parte inferior y oscuro en la superior, unas características idóneas para camuflarse en su entorno. Este patrón, conocido como contracoloración, es una forma común de camuflaje en los animales modernos, por lo que los científicos han deducido que el dinosaurio vivió en un entorno con luz difusa, como un bosque.
Para confirmar estas conclusiones, el equipo llevó a cabo la reconstrucción más precisa de un dinosaurio en un modelo 3D a tamaño real con sus colores verdaderos, obtenidos a partir de estructuras microscópicas llamadas melanosomas –orgánulos que contienen los pigmentos de melanina– y que se creía que eran bacterias fosilizadas.
«Si tienen la forma de una salchicha dan el color negro, mientras que si son pequeñas y redondeadas dan el color marrón. Estos últimos son los que nos encontramos en este fósil», recalca Vinther, que también indica el hallazgo de patrones de hermosos colores en los huesos.
Al comparar el efecto de la contracoloración producida por los colores del animal con la de un modelo de color gris uniforme, los científicos certifican que este tipo de camuflaje encajaría con un entorno boscoso de densa vegetación. «Las luces y sombras del cuerpo evolucionaron hasta coincidir con la iluminación del medio en el que vivía para pasar desapercibido. Así ocurre en la actualidad con ciertos animales», explica el científico británico.
Según el trabajo, el animal parecía plano para el ojo del que miraba. De esta manera, el contrasombreado permitió a Psittacosaurus protegerse de predadores que usaban los patrones de sombra sobre un objeto para determinar su forma, tal y como hacemos los humanos.
Otras especies de dinosaurios ‘pico’ halladas en Mongolia pudieron habitar un entorno parecido a una sabana con mucha menos vegetación. En este caso, los investigadores predicen que tuvieron otros patrones de camuflaje. Al estudiarlo entenderán cómo perciben el ambiente los predadores.
Fuente: ABC
«Los pigmentos se encuentran en los residuos orgánicos de los fósiles de plumas o piel preservada de dinosaurios, pero hasta ahora solo hemos sido capaces de identificar el color de algunos dinosaurios con plumas: uno se parecía a un pollo cubierto de lentejuelas y el otro era iridiscente”, concreta a Sinc Jakob Vinther, de la Universidad de Bristol (Reino Unido), y autor principal del estudio que publica ahora la revista Current Biology.
El trabajo se centra en el psittacosaurio –que significa lagarto-loro por su curioso pico– y que, según los resultados, parecía un dinosaurio desnudo: era claro en su parte inferior y oscuro en la superior, unas características idóneas para camuflarse en su entorno. Este patrón, conocido como contracoloración, es una forma común de camuflaje en los animales modernos, por lo que los científicos han deducido que el dinosaurio vivió en un entorno con luz difusa, como un bosque.
Para confirmar estas conclusiones, el equipo llevó a cabo la reconstrucción más precisa de un dinosaurio en un modelo 3D a tamaño real con sus colores verdaderos, obtenidos a partir de estructuras microscópicas llamadas melanosomas –orgánulos que contienen los pigmentos de melanina– y que se creía que eran bacterias fosilizadas.
«Si tienen la forma de una salchicha dan el color negro, mientras que si son pequeñas y redondeadas dan el color marrón. Estos últimos son los que nos encontramos en este fósil», recalca Vinther, que también indica el hallazgo de patrones de hermosos colores en los huesos.
Un bosque de densa vegetación
Gracias a la reconstrucción, los investigadores pudieron observar cómo cambiaban los patrones de sombra en función de la luz del entorno y a lo largo del cuerpo de este pequeño dinosaurio con cuernos en la cabeza y pinchos en la cola que vivió hace más de 99 millones de años en China.Al comparar el efecto de la contracoloración producida por los colores del animal con la de un modelo de color gris uniforme, los científicos certifican que este tipo de camuflaje encajaría con un entorno boscoso de densa vegetación. «Las luces y sombras del cuerpo evolucionaron hasta coincidir con la iluminación del medio en el que vivía para pasar desapercibido. Así ocurre en la actualidad con ciertos animales», explica el científico británico.
Según el trabajo, el animal parecía plano para el ojo del que miraba. De esta manera, el contrasombreado permitió a Psittacosaurus protegerse de predadores que usaban los patrones de sombra sobre un objeto para determinar su forma, tal y como hacemos los humanos.
Otras especies de dinosaurios ‘pico’ halladas en Mongolia pudieron habitar un entorno parecido a una sabana con mucha menos vegetación. En este caso, los investigadores predicen que tuvieron otros patrones de camuflaje. Al estudiarlo entenderán cómo perciben el ambiente los predadores.
Fuente: ABC
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