SE CREAN CÉLULAS MIOCÁRDIAS MÁS POTENTES PARA TRATAR LOS INFARTOS


El uso de tan solo dos compuestos químicos mejora y acelera el proceso de transformación de células conjuntivas en células miocárdicas tras un infarto.

El organismo es incapaz de reparar las células del corazón que resultan dañadas en un infarto de miocardio. Tampoco es capaz de reponer aquellas células que han muerto durante el episodio, lo que conlleva que el corazón carezca de una ‘mano de obra’ suficiente para latir de forma adecuada.

Es más; tras el infarto, el tejido conjuntivo rellena las zonas en las que se producido la lesión, formando así cicatrices que agudizan aún más la insuficiencia cardiaca. La esperanza es que un día se puedan utilizar células madre que se diferencien en células cardiacas que reemplacen las perdidas. O aún mejor, reprogramar las células ya existentes, como las conjuntivas que forman las cicatrices, en células cardiacas funcionales.

¿Qué hay que hacer para reprogramar una célula conjuntiva en una célula miocárdica?
Pues según han mostrado los estudios con modelos animales (ratones), tan solo hay tres factores de transcripción, proteínas que activan o desactivan los genes que se encuentran en las células que regulan todo este proceso. Concretamente, se trata de los factores ‘Gata4’, ‘Mef2c’ y ‘Tbx5’ –también conocido como ‘GMT’–, que actúan de forma conjunta activando y desactivando genes para regenerar el tejido coronario dañado a partir de las células conjuntivas ya existentes.

Hasta ahora se ha conseguido que solo un 10% de las células conjuntivas de las cicatrices se transformen en células musculares funcionales.

¿Qué hacen estos dos compuestos químicos?

Pues el primero inhibe un factor de crecimiento implicado en el crecimiento y la división celular, por lo que juega un papel muy importante en la reparación tisular tras una lesión. Por su parte, el segundo compuesto inhibe una vía clave en la regulación del desarrollo del corazón. Así, y combinando ambos compuestos con el factor de transcripción GMT, los autores han sido capaces de regenerar con éxito el tejido miocárdico y mejorar la función cardiaca en modelos animales (ratones) a los que se les había provocado un infarto. Han logrado transformar el tejido cicatricial en tejido miocárdico sano y funcional para mejorar la capacidad de latido del corazón dañado.

Posteriormente, los investigadores utilizaron los dos compuestos químicos para mejorar la reprogramación cardiaca directa en células humanas. Un proceso que resulta más complejo que el que se usa en las células animales al requerir factores adicionales. 

Fuente: ABC

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