Un descomunal "tsunami" cósmico, una ola gigantesca de gas y estrellas avanza a toda velocidad a través del disco de una galaxia espiral conocida como IC 2163. Esta formidable oleada de materiales, que se originó cuando, recientemente, la galaxia IC 2163 desplazó lateralmente a otra galaxia espiral denominada NGC 2207, produjo una serie de brillantes arcos de formación estelar, que en la imagen (en naranja) recuerdan a la forma de dos gigantescos párpados. El espectáculo cósmico fue captado por un equipo de científicos desde el Telescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), en Chile. El estudio acaba de publicarse en la revista Astrophysical Journal.
"A pesar de que las colisiones de esta clase no son algo raro -explica Michele Kaufman, astrónomo de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus y autor principal del estudio- apenas se conocen unas pocas galaxias oculares, esto es, con estructuras parecidas a los ojos".
Kaufman y sus colegas creen que la escasez de esta clase de formaciones en el Universo observable se debe a que tienen una naturaleza efímera. "Los párpados galácticos -explica el investigador- duran apenas unas decenas de millones de años, que es un tiempo increiblemente breve en la vida de una galaxia. Encontrar unos párpados prácticamente recién formados nos brinda una oportunidad excepcional para estudiar lo que sucede cuando una galaxia roza a otra".
Esta pareja concreta de galaxias se encuentra a unos 114 millones de años luz de la Tierra, en la dirección de la constelación Canis Major. Ambas se rozaron, raspando los bordes de sus brazos espirales externos, en el que seguramente fue el primero de una serie de encuentros que tendrán lugar en el futuro. Al final, con toda probabilidad, ambas galaxias terminarán fusionándose en una sola, mucho mayor.
Gracias a la extraordinaria resolución y sensibilidad del telescopio ALMA, los astrónomos lograron tomar medidas extraordinariamente detalladas del movimiento del gas monóxido de carbono en el interior del gigantesco "tsunami" (los estrechos "párpados" de la galaxia). El monóxido de carbono es un gas traza del gas molecular que constituye el combustible principal para la formación de nuevas estrellas.
Los datos revelan que el gas en la parte exterior de los "párpados" de IC 2163 se mueve hacia dentro a velocidades de más de 100 km. por segundo. El gas, sin embargo, está decelerando rápidamente y sus movimientos se van haciendo más caóticos, a medida que cambia su trayectoria y se alinea con la rotación de la galaxia en vez de seguir precipitándose hacia su centro.
"Lo que observamos en esta galaxia -explica por su parte Bruce Elmegreen, científico del Centro de Investigación Watson de IBM, en Yorktown Heights, y coautor del artículo- es algo muy parecido a una enorme ola oceánica que se desplaza sin freno hacia la orilla hasta que se topa con aguas poco profundas, lo que hace que pierda el impulso y termine por vaciar toda su agua y arena en la playa".
Kaufman y sus colegas creen que la escasez de esta clase de formaciones en el Universo observable se debe a que tienen una naturaleza efímera. "Los párpados galácticos -explica el investigador- duran apenas unas decenas de millones de años, que es un tiempo increiblemente breve en la vida de una galaxia. Encontrar unos párpados prácticamente recién formados nos brinda una oportunidad excepcional para estudiar lo que sucede cuando una galaxia roza a otra".
Esta pareja concreta de galaxias se encuentra a unos 114 millones de años luz de la Tierra, en la dirección de la constelación Canis Major. Ambas se rozaron, raspando los bordes de sus brazos espirales externos, en el que seguramente fue el primero de una serie de encuentros que tendrán lugar en el futuro. Al final, con toda probabilidad, ambas galaxias terminarán fusionándose en una sola, mucho mayor.
Gracias a la extraordinaria resolución y sensibilidad del telescopio ALMA, los astrónomos lograron tomar medidas extraordinariamente detalladas del movimiento del gas monóxido de carbono en el interior del gigantesco "tsunami" (los estrechos "párpados" de la galaxia). El monóxido de carbono es un gas traza del gas molecular que constituye el combustible principal para la formación de nuevas estrellas.
Los datos revelan que el gas en la parte exterior de los "párpados" de IC 2163 se mueve hacia dentro a velocidades de más de 100 km. por segundo. El gas, sin embargo, está decelerando rápidamente y sus movimientos se van haciendo más caóticos, a medida que cambia su trayectoria y se alinea con la rotación de la galaxia en vez de seguir precipitándose hacia su centro.
"Lo que observamos en esta galaxia -explica por su parte Bruce Elmegreen, científico del Centro de Investigación Watson de IBM, en Yorktown Heights, y coautor del artículo- es algo muy parecido a una enorme ola oceánica que se desplaza sin freno hacia la orilla hasta que se topa con aguas poco profundas, lo que hace que pierda el impulso y termine por vaciar toda su agua y arena en la playa".
Primera evidencia directa
Para Kaufman, "no solo hallamos una rápida deceleración del gas a medida que éste se mueve desde los bordes exteriores es a los bordes internos de los párpados, sino que nos hemos dado cuenta de que cuanto más rápidamente se desacelera, más denso resulta el gas molecular. Esta medición directa de su compresión muestra cómo el encuentro entre dos galaxias lleva al gas a amontonarse, a desovar nuevos cúmulos estelares y a formar las deslumbrantes características del párpado".
Los modelos de ordenador predicen que estas estructuras en forma de párpado logran formarse solo si las galaxias han interactuado de una forma muy específica. "Esta evidencia de una fuerte onda de choque resulta fenomenal -afirma Curtis Struck, otro de los autores de la investigación-. Está muy bien tener una teoría y simulaciones que sugieren que debe ser cierta, pero tener una evidencia observacional directa es mucho mejor".
"ALMA nos ha mostrado que las velocidades del gas molecular dentro de la ola concuerdan con las predicciones de los modelos informáticos -asegura Kaufman-. Nunca habíamos podido, hasta ahora, poner a prueba las simulaciones de encuentros galácticos de esta manera".
Los astrónomos piensan que esta clase de encuentros galácticos eran muy comunes en el Universo primitivo, cuando todas las galaxias estaban muy juntas unas de otras. En aquellos momentos, sin embargo, los discos galácticos solían ser grumosos e irregulares, por lo que alguna otra clase de procesos pudo llevar también al desarrollo de estructuras parecidas a las observadas.
Para Kaufman, "no solo hallamos una rápida deceleración del gas a medida que éste se mueve desde los bordes exteriores es a los bordes internos de los párpados, sino que nos hemos dado cuenta de que cuanto más rápidamente se desacelera, más denso resulta el gas molecular. Esta medición directa de su compresión muestra cómo el encuentro entre dos galaxias lleva al gas a amontonarse, a desovar nuevos cúmulos estelares y a formar las deslumbrantes características del párpado".
Los modelos de ordenador predicen que estas estructuras en forma de párpado logran formarse solo si las galaxias han interactuado de una forma muy específica. "Esta evidencia de una fuerte onda de choque resulta fenomenal -afirma Curtis Struck, otro de los autores de la investigación-. Está muy bien tener una teoría y simulaciones que sugieren que debe ser cierta, pero tener una evidencia observacional directa es mucho mejor".
"ALMA nos ha mostrado que las velocidades del gas molecular dentro de la ola concuerdan con las predicciones de los modelos informáticos -asegura Kaufman-. Nunca habíamos podido, hasta ahora, poner a prueba las simulaciones de encuentros galácticos de esta manera".
Los astrónomos piensan que esta clase de encuentros galácticos eran muy comunes en el Universo primitivo, cuando todas las galaxias estaban muy juntas unas de otras. En aquellos momentos, sin embargo, los discos galácticos solían ser grumosos e irregulares, por lo que alguna otra clase de procesos pudo llevar también al desarrollo de estructuras parecidas a las observadas.
FUENTE: ABC
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