Nuevos análisis genéticos nos confirman que las esponjas marinas son la fuente de una molécula que se encuentra en rocas de unos 640 millones de años. La mayoría de los grupos de animales se extendieron por el planeta hace 540 millones de años, esta especie es anterior a la explosión cámbrica, un periodo evolutivo durante el que apareció un gran número de organismos multicelulares complejos.
David Gold, autor principal de estos análisis nos indica como estos estudios van a formar parte de la evidencia más antigua de la vida animal.
Gold junto con un equipo de investigación han estudiado fósiles moleculares que han sobrevivido hasta la actualidad. Tras analizar cerca de unos 30 organismos distintos incluyendo plantas, hongos, algas y esponjas de mar para ver que tipo de esteroles produce cada uno e identificar los genes asociados, los científicos han logrado aislar el gen responsable de la molécula IPC, que se trata del gen esterol metiltransferasa (SMT). Si contiene el número correcto de copias, es capaz de producir la molécula 24-IPC, que se trata de una molécula inusual que ha aparecido en rocas de más de 640 millones de años y que en la actualidad la siguen produciendo.
Los investigadores encontraron que las esponjas de mar y algunas especies de algas que producen la molécula 24 IPC tienen una copia extra del SMT cuando se comparan con los más cercanos de su especie. Compararon las copias para ver cuando el gen apareció por primera vez, y para determinar cómo estaban relacionados con sus parientes más cercanos. Utilizaron evidencias del registro fósil para determinar cuando se produjo cada copia de ese gen y las relaciones que tenían entre ellos se representaron en un árbol evolutivo. Se dieron cuenta de que las esponjas de mar evolucionaron mucho antes que las algas, hace 640 millones de años, en el mismo periodo que se produjeron las moléculas 24 IPC en las rocas.
La conclusión del estudio determina que las esponjas de mar aparecieron mucho antes en la Tierra que cualquier otra forma de vida animal.
Fuente: El Periódico
David Gold, autor principal de estos análisis nos indica como estos estudios van a formar parte de la evidencia más antigua de la vida animal.
Gold junto con un equipo de investigación han estudiado fósiles moleculares que han sobrevivido hasta la actualidad. Tras analizar cerca de unos 30 organismos distintos incluyendo plantas, hongos, algas y esponjas de mar para ver que tipo de esteroles produce cada uno e identificar los genes asociados, los científicos han logrado aislar el gen responsable de la molécula IPC, que se trata del gen esterol metiltransferasa (SMT). Si contiene el número correcto de copias, es capaz de producir la molécula 24-IPC, que se trata de una molécula inusual que ha aparecido en rocas de más de 640 millones de años y que en la actualidad la siguen produciendo.
Los investigadores encontraron que las esponjas de mar y algunas especies de algas que producen la molécula 24 IPC tienen una copia extra del SMT cuando se comparan con los más cercanos de su especie. Compararon las copias para ver cuando el gen apareció por primera vez, y para determinar cómo estaban relacionados con sus parientes más cercanos. Utilizaron evidencias del registro fósil para determinar cuando se produjo cada copia de ese gen y las relaciones que tenían entre ellos se representaron en un árbol evolutivo. Se dieron cuenta de que las esponjas de mar evolucionaron mucho antes que las algas, hace 640 millones de años, en el mismo periodo que se produjeron las moléculas 24 IPC en las rocas.
La conclusión del estudio determina que las esponjas de mar aparecieron mucho antes en la Tierra que cualquier otra forma de vida animal.
Fuente: El Periódico
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