Se ha comprobado que muchas especies de mamíferos ya no padecen ciertas enfermedades puesto que coevolucionaron gracias a los virus, las bacterias y los parásitos causantes de esos padecimientos , transmitidos por insectos.
Si ponemos el ejemplo de la fiebre amarilla, la cual era padecida por monos que eran picados por mosquitos. Al principio, los monos morían a causa de esta enfermedad, pero poco a poco se fueron adaptando a ella y coevolucionaron con el virus, ya que también fueron adaptandose a las condiciones que ofrecía el reservorio.
Por otra parte, el ser humano es el nuevo huésped en este planeta, por enfermamos tanto, explicó Rodrigo Zeledón, científico especialista en parasitología, entomología y microbiología médicas.
Dar a conocer esas enfermedades transmitidas por artrópodos y el papel que cumplen estos animales en su transmisión es el objetivo del libro Guía de artrópodos de importancia médica y veterinaria , publicado por la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (Euned) en formato bilingüe (español e inglés).
Su fama se basa en los científicos Rodrigo Zeledón, Paul Hanson y Manuel Zumbado, quienes se ayudan de 28 láminas con 239 fotografías para describir los artrópodos de importancia para la medicina humana y la veterinaria.
“No pretendemos agotar el tema; lo que pretendemos es sintetizar conceptos fundamentales para acercarlo a las personas”, dijo Zeledón.
“Muchos son transmisores silenciosos de enfermedades. Ese es el caso del chagas, que se transmite a través de una chinche que está en los hogares y cuyos casos pasan desapercibidos. Los artrópodos son el grupo más numeroso y variado del reino animal, el cual incluye a insectos, arácnidos (arañas y escorpiones), crustáceos y miriápodos, como los milpiés.
”Otros atacan cuando son larvas, pero no cuando son adultos, como el tórsalo, que es una larva de mosca”, mencionó Zeledón..
Algunos artrópodos también atacan a animales domésticos.
Más exposición humana
A medida que el ser humano expande las fronteras agrícola y urbana, se expone a relacionarse más con los artrópodos. “El ser humano está invadiendo los lugares donde viven los insectos desde hace muchísimos años, cuando el hombre ni siquiera había llegado a América”, explicó Zeledón.
Es más, esa relación con los humanos ha ido domesticando a estos pequeños animales.
“Por ejemplo, las chinches eran silvestres y se hicieron domésticas gracias al hombre que las ayuda, ya que se ven favorecidas por casas desordenadas, sucias y llenas de basura. Lo mismo podría decirse de los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus . Estaban más asociados a las selvas, pero los humanos nos fuimos metiendo allí y ellos encontraron sangre de dónde alimentarse. Esa domesticación tomó años y nosotros les hacemos los criaderos donde puedan depositar los huevos”, explicó el autor.
El cambio climático también favorece esta relación. Con el incremento de la temperatura, algunos insectos expandieron su área de distribución.
Ese es el caso del mosquito Aedes aegypti que migró de las costas a las zonas urbanas y con él se extendió el dengue, la chikunguña y el zika.
El aumento de la temperatura, además, acelera los periodos reproductivos de los insectos, es decir, tardan menos desarrollarse.
Asimismo, ese incremento de la temperatura trae consigo una variación en las lluvias, lo cual igualmente favorece a ciertas especies de artrópodos. “Principalmente, aquellos que poseen una metamorfosis más completa, ya que muchas veces su fase larval y pupal se desarrolla en el agua. Eso significa que ahora tienen más lugares donde desarrollarse gracias a las lluvias”, destacó Zeledón.
Fuente: La nación.
Si ponemos el ejemplo de la fiebre amarilla, la cual era padecida por monos que eran picados por mosquitos. Al principio, los monos morían a causa de esta enfermedad, pero poco a poco se fueron adaptando a ella y coevolucionaron con el virus, ya que también fueron adaptandose a las condiciones que ofrecía el reservorio.
Por otra parte, el ser humano es el nuevo huésped en este planeta, por enfermamos tanto, explicó Rodrigo Zeledón, científico especialista en parasitología, entomología y microbiología médicas.
Dar a conocer esas enfermedades transmitidas por artrópodos y el papel que cumplen estos animales en su transmisión es el objetivo del libro Guía de artrópodos de importancia médica y veterinaria , publicado por la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (Euned) en formato bilingüe (español e inglés).
Su fama se basa en los científicos Rodrigo Zeledón, Paul Hanson y Manuel Zumbado, quienes se ayudan de 28 láminas con 239 fotografías para describir los artrópodos de importancia para la medicina humana y la veterinaria.
“No pretendemos agotar el tema; lo que pretendemos es sintetizar conceptos fundamentales para acercarlo a las personas”, dijo Zeledón.
“Muchos son transmisores silenciosos de enfermedades. Ese es el caso del chagas, que se transmite a través de una chinche que está en los hogares y cuyos casos pasan desapercibidos. Los artrópodos son el grupo más numeroso y variado del reino animal, el cual incluye a insectos, arácnidos (arañas y escorpiones), crustáceos y miriápodos, como los milpiés.
”Otros atacan cuando son larvas, pero no cuando son adultos, como el tórsalo, que es una larva de mosca”, mencionó Zeledón..
Algunos artrópodos también atacan a animales domésticos.
Más exposición humana
A medida que el ser humano expande las fronteras agrícola y urbana, se expone a relacionarse más con los artrópodos. “El ser humano está invadiendo los lugares donde viven los insectos desde hace muchísimos años, cuando el hombre ni siquiera había llegado a América”, explicó Zeledón.
Es más, esa relación con los humanos ha ido domesticando a estos pequeños animales.
“Por ejemplo, las chinches eran silvestres y se hicieron domésticas gracias al hombre que las ayuda, ya que se ven favorecidas por casas desordenadas, sucias y llenas de basura. Lo mismo podría decirse de los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus . Estaban más asociados a las selvas, pero los humanos nos fuimos metiendo allí y ellos encontraron sangre de dónde alimentarse. Esa domesticación tomó años y nosotros les hacemos los criaderos donde puedan depositar los huevos”, explicó el autor.
El cambio climático también favorece esta relación. Con el incremento de la temperatura, algunos insectos expandieron su área de distribución.
Ese es el caso del mosquito Aedes aegypti que migró de las costas a las zonas urbanas y con él se extendió el dengue, la chikunguña y el zika.
El aumento de la temperatura, además, acelera los periodos reproductivos de los insectos, es decir, tardan menos desarrollarse.
Asimismo, ese incremento de la temperatura trae consigo una variación en las lluvias, lo cual igualmente favorece a ciertas especies de artrópodos. “Principalmente, aquellos que poseen una metamorfosis más completa, ya que muchas veces su fase larval y pupal se desarrolla en el agua. Eso significa que ahora tienen más lugares donde desarrollarse gracias a las lluvias”, destacó Zeledón.
Fuente: La nación.
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