Los gatos se comunican con sus amigos humanos usando maullidos, trinos, murmullos, bufidos y rugidos. Pero también el delicioso ronroneo. Las personas pensamos que este sonido hipnótico es una expresión de su bienestar, asociado al placer y la felicidad. Pero no lo des por hecho ya que lo cierto es que emplean este sonido en muchos otros momentos, con lo que se ha convertido en un misterio para la ciencia.
Puede que se trate tan solo de una manera de calmarse a sí mismos, al igual que los niños se chupan el dedo. Pero algunas investigaciones sugieren beneficios adicionales derivados de este sonido. Por ejemplo, los gatos también lo hacen en los momentos de más estrés o miedo. Suelen aparecer cuando van al veterinario o están recuperándose de una lesión. También lo usan mucho cuando las hembras cuidan de sus gatitos o cuando los humanos interaccionamos con ellos, especialmente cuando les acariciamos o alimentamos. Los gatos y muchos otros felinos, aunque no todos, producen el ronroneo a través de señales intermitentes usando los músculos laringeos y del diafragma, tanto cuando inhalan como cuando exhalan. La frecuencia típica de los gatos está entre los 25 y 150 hercios. Otros felinos emiten unos sonidos muy parecidos al ronroneo del gato doméstico. Los servales, ocelotes y pumas también lo hacen y usan fuertes frecuencias de entre 25-50 Hz.
Durante el curso de la evolución, ronronear ha debido proporcionar algún tipo de ventaja adaptativa para los gatos. Pero, ¿qué posible beneficio obtienen de este peculiar sonido? Dado que aparece en contextos sociales, su función comunicativa es evidente, pero hay más funciones que son compatibles con lo anterior.
De manera sorprendente, estas frecuencias emitidas por los felinos, corresponden con las que se usan en algunos tratamientos con humanos para curar fracturas de hueso, problemas en la respiración, alivio del dolor, etc. De hecho se usa mucho como terapia contra la osteoporosis en humanos.
Según varias leyendas, los gatos son capaces de curarse a sí mismos si les dejas en una habitación a solas, con sus huesos rotos. ¿Tendrá este mito alguna conexión con este sonido que tanto les caracteriza?
Debemos tener en cuenta que los felinos son unos animales que deben ahorrar la mayor cantidad de energía posible, ya que pasan muchos días de inactividad, dada la dificultad de atrapar una presa con la que alimentarse. Según el veterinario Leslie A. Lyons, este ronroneo puede ser una mecanismo que consume poca energía pero que tiene las mismas consecuencias que hacer ejercicio para los astronautas, los cuales sabemos que pierden rápidamente la masa ósea.
Es decir, estos sonidos tan particulares, según varios investigadores, son beneficioso para la salud porque incrementan la densidad ósea y aceleran los procesos de curación.
Pero para saber si estas vibraciones son realmente efectivas, el Doctor Clinton Rubin y su equipo especializado en bioingeniería, los cuales estudian métodos no invasivos para curar enfermedades, pusieron a terapia con vibraciones a gallinas durante media hora cada día. Les ponía sobre una plataforma como la que se usa en algunos gimnasios, la cual vibraba frenéticamente. Los resultados demostraron un claro aumento de masa ósea en las gallinas tras pocas semanas. Es como si hubieran ido al gimnasio todas ellas.
¿Esto explicaría por qué los gatos pueden sobrevivir a accidentes tan graves como las caídas y tienen menos complicaciones tras las cirugías? Muchos veterinarios creen que sí. Un estudio publicado en el Journal of New Zealand Veterinary en los años setenta por Trevor Cook, documentó un caso sobre un gato siamés con infección en el tracto respiratorio y conjuntivitis severa. Las cavidades nasales estaban casi bloqueadas por completo. Se le administraron varios antibióticos y aunque hubo una respuesta inicial positiva, a los tres día regresó más deteriorado.
Se le siguió administrando antibióticos y fue hospitalizado. Pero al poco tiempo empeoró y estaba más débil, por lo que se comenzó a barajar la posibilidad de la eutanasia. Cook le trasladó a la cama y sus hijas debían cuidarlo durante un rato hasta que llegara el triste final. No había nada más que se pudiera hacer. Pero de repente comenzó a ronronear y abrió las vías respiratorias, así que Cook decidió darle una oportunidad.
La terapia de ronroneo se alargó durante un día. Cada hora, era sacado de su jaula y se le dejaban periodos para que pudiera " vibrar ". Pronto podía respirar de nuevo y su recuperación fue milagrosa. En dos días volvió a comer. Cook cree que, " los cuidados médicos ayudaron a su recuperación porque le proporcionaron una sensación de bienestar y de estar siendo ayudado, pero hasta que no comenzó a ronronear estaba destinado a morir de asfixia ". El milagroso sonido y las vibraciones que generaba en su cuerpo le permitieron volver a tomar aire por la boca.
Es decir, según Cook, los gatos se curan más rápidamente de problemas respiratorios cuando ronronean porque les permite respirar por la boca, algo que les cuesta hacer si tienen la nariz dañada. Una estrategia fascinante con la que les ha dotado la naturaleza dado el potencial para curarse a sí mismos, la cual hace honor a las legendarias siete oportunidades de vida con las que cuentan.
FUENTE: EL MUNDO
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