
Esta pequeña y trabajadora criatura vive en el desierto del Sáhara y está especializada en comer termitas. Pero lo hace de una forma tan especial que parece que esta especie es lectora del genio de la guerra, Sun-Tzu: entre dos y cuatro veces al día, las hormigas marchan en formación de combate para atacar los nidos de las termitas, matando a muchos de estos insectos cada vez y llevándoselos de vuelta al nido. Además, tal como se ha publicado recientemente en Science Advances, estas hormigas rescatan a las hormigas heridas en la batalla. (Aquí puedes ver una batalla de hormigas contra termitas).
«Por primera vez hemos observado en invertebrados un comportamiento de rescate de animales heridos», ha explicado en un comunicado Erik Frank, primer autor del estudio e investigador en en la Universidad de Wurzburgo.

Por eso, no es raro que en las escaramuzas las hormigas sufran varias bajas. Tal como han descubierto estos investigadores, en ese momento las heridas liberan sustancias químicas que funcionan como un reclamo para sus compañeros. Gracias a esto, las hormigas llevan a las heridas de vuelta al nido.
Una vez allí reciben su «tratamiento». Por desgracia, no hay hormigas cirujanas. La cura suele consistir en liberar a las heridas del abrazo mortal de las mandíbulas de las termitas.
Fuente: ABC
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