MINICEREBROS DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO CAPACES DE CONTROLAR EL DOLOR

El sistema nervioso periférico podría ser capaz de interpretar su entorno y modular el dolor. Este descubrimiento puede evitar los efectos secundarios de los analgésicos actuales.

Hasta el momento, se pensaba que solo el sistema nervioso central, el cerebro y la médula espinal, podían interpretar y modular sensaciones como el dolor.

El sistema nervioso periférico está formado por neuronas y nervios que se extienden hacia miembros y órganos, es decir, fuera del sistema nervioso
central (SNC). Su función es conectar el SNC a los miembros y órganos, indicándoles cómo reaccionar.

Aunque ya había algunas sospechas sobre las funciones del SNP, este estudio destaca el importante papel de los ganglios cerebrales en la interpretación del dolor.

Antes, se pensaba que estos actuaban solamente como una fuente de energía para los mensajes que se llevan a través del sistema nervioso, pero en esta investigación se ha descubierto que también actúan como "minicerebros" modificando la cantidad de información enviada al SNC.

Esta investigación, que durante años se dedicó al estudio de como los readores reaccionan a la estimulación, ha descubierto que las células nerviosas localizadas en el interior de ganglios, pueden intercambiar información entre si mediante una molécula llamada GABA, un proceso que antes se pensaba que estaba restringido al sistema nervioso central.

Nikita Gamper, el director de esta investigación explica que lo que han descubierto es que, el sistema nervioso periférico puede alterar la información enviada al cerebro, aunque aún no se sabe cómo funciona el sistema.

Gamper considera que los hallazgos pueden presentar un desafío para la "Teoría de la Compuerta" sobre el dolor, que afirma que la activación de los nervios que no transmiten señales dolorosas pueden interferir con las señales de fibras dolorosas, por lo tanto, inhibiendo el dolor.

La nueva investigación sugiere que la transmisión de información al sistema nervioso central debe pasar por otro conjunto de puertas, a través de las cuales el flujo de información puede ser controlado por el SNP.

"El sistema nervioso periférico tiene la capacidad de enviar hacia arriba o hacia abajo la señal que pasa a través de estas puertas al cerebro" explica Gamper. "Lo realmente importante es que creemos que estas puertas pueden utilizarse para el control terapéutico del dolor".

El descubrimiento, por tanto, abre el camino al desarrollo de nuevos analgésicos, ya que los medicamentos actuales para tratar el dolor se dirigen al sistema nervioso central. El nuevo sistema podría solucionar los efectos secundarios de los analgésicos actuales y ampliar la eficacia médica en el tratamiento del dolor.

De todos modos, advierten los investigadores, podrían pasar de 15 a 20 años antes de que estos nuevos medicamentos lleguen al mercado, ya que entre otras cosas se necesita saber previamente si el mismo mecanismo de regulación del dolor está presente también en los sistemas nerviosos periféricos de los seres humanos.

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