Investigadores de Florida han conseguido una forma artificial de fotosíntesis que no sólo reduce los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, sino que al mismo tiempo proporciona energía solar. La nueva tecnología puede instalarse al lado de una industria contaminante o en los tejados de las casas para descontaminar el vecindario y proporcionar energía limpia a toda la familia.
Este nuevo proyecto realizado por un equipo de investigadores han creado una forma artificial de fotosíntesis que podría reducir los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y al mismo tiempo proporcionar energía solar.
El artículo publicado por los investigadores señala que han conseguido un nuevo material que replica la fotosíntesis para generar energía limpia y reducir los niveles de CO2 en la atmósfera.
La nueva tecnología se basa en el hecho de que la energía solar puede ser capturada y almacenada directamente en los enlaces químicos de un material, o “combustible”, y luego ser usada cuando sea necesario. Estos combustibles químicos se denominan combustibles solares.
Lo que han hecho estos investigadores, es desencadenar una reacción química en un material sintético llamado marco metal-orgánico (MOF) para descomponer el CO2 en materiales orgánicos que pueden usarse como combustible solar.
Este reacción química la consiguieron usando una luz azul que imita la longitud de onda de la luz solar y convierte el dióxido de carbono en unas formas que pueden ser utilizadas como fuente de energía limpia. Este proceso, similar a la fotosíntesis natural, convierte así la energía luminosa en energía química.
Uno de los investigadores recalca la siguiente teoría: “La confección de materiales que absorben un color específico de la luz es muy difícil desde el punto de vista científico, pero desde el punto de vista social hemos contribuido al desarrollo de una tecnología que puede ayudar a reducir los gases de efecto invernadero”.
Para conseguir el resultado, los investigadores han combinado titanio con moléculas orgánicas que actúan como pequeñas antenas que pueden absorber la luz azul. Gracias a esta combinación, el CO2 impregna las moléculas orgánicas, mientras que l
as antenas atrapan la luz y proporcionan electrones que el óxido de titanio utiliza para convertir el CO2.
Los test realizados durante la investigación en un tubo equipado con luces azules (un fotorreactor LED azul, una especie de cabina de bronceado) permitieron comprobar que el CO2 queda atrapado, mientras que la luz azul proporciona la energía necesaria para convertirla en combustible solar.
Fuente de información: TENDENCIAS TECNOLÓGICAS
tiempo.com
Este nuevo proyecto realizado por un equipo de investigadores han creado una forma artificial de fotosíntesis que podría reducir los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera y al mismo tiempo proporcionar energía solar.
El artículo publicado por los investigadores señala que han conseguido un nuevo material que replica la fotosíntesis para generar energía limpia y reducir los niveles de CO2 en la atmósfera.
La nueva tecnología se basa en el hecho de que la energía solar puede ser capturada y almacenada directamente en los enlaces químicos de un material, o “combustible”, y luego ser usada cuando sea necesario. Estos combustibles químicos se denominan combustibles solares.
Lo que han hecho estos investigadores, es desencadenar una reacción química en un material sintético llamado marco metal-orgánico (MOF) para descomponer el CO2 en materiales orgánicos que pueden usarse como combustible solar.
Este reacción química la consiguieron usando una luz azul que imita la longitud de onda de la luz solar y convierte el dióxido de carbono en unas formas que pueden ser utilizadas como fuente de energía limpia. Este proceso, similar a la fotosíntesis natural, convierte así la energía luminosa en energía química.
Uno de los investigadores recalca la siguiente teoría: “La confección de materiales que absorben un color específico de la luz es muy difícil desde el punto de vista científico, pero desde el punto de vista social hemos contribuido al desarrollo de una tecnología que puede ayudar a reducir los gases de efecto invernadero”.
Para conseguir el resultado, los investigadores han combinado titanio con moléculas orgánicas que actúan como pequeñas antenas que pueden absorber la luz azul. Gracias a esta combinación, el CO2 impregna las moléculas orgánicas, mientras que l
as antenas atrapan la luz y proporcionan electrones que el óxido de titanio utiliza para convertir el CO2.
Los test realizados durante la investigación en un tubo equipado con luces azules (un fotorreactor LED azul, una especie de cabina de bronceado) permitieron comprobar que el CO2 queda atrapado, mientras que la luz azul proporciona la energía necesaria para convertirla en combustible solar.
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