La creación de energía a partir de un proceso de fotosíntesis artificial puede ser una de las fuentes de consumo de energía del futuro, así que los científicos están tratando de encontrar la manera de crearla imitando a las plantas con materiales sintéticos.
El profesor Fernando Uribe-Romo junto con un grupo de alumnos han dado con una posible forma para poder crearla.
El profesor ha logrado desencadenar la fotosíntesis con un material que convierte el dióxido de carbono y la luz visible en combustible solar, al mismo tiempo que se elimina del aire este gas dañino para el efecto invernadero.
La energía del sol es almacenada y capturada en los enlaces químicos formando combustibles solares que luego se utilizarán. Uribe-Romo y su equipo crearon la manera de desencadenar una reacción química en un material sintético llamado marco metal-orgánico, que descompondrá el dióxido de carbono en materiales orgánicos que puedan usarse como un combustible solar necesario para crear la fotosíntesis.
Esta creación necesita luz azul, como es difícil adaptar materiales para que absorban un color específico, Uribe-Romo utilizó titanio, que es un material común y no tóxico al que le agregó varias moléculas orgánicas que actuarán como antenas de recolección de luz. Dichas moléculas tienen la capacidad de absorber colores específicos de luz cuando se le incorpora el material sintético marco metal-orgánico, y en este caso se podrá absorber la luz azul necesaria.
Este invento fue probado con un LED azul y en la reacción se consiguió la transformación del dióxido de carbono en dos formas reducidas de carbono, formiato y formamidas, que son dos combustibles solares. Este trabajo tiene un gran potencial a la hora de crear nuevas tecnologías que ayudarán a reducir los gases de efecto invernadero vinculados al cambio climático produciendo al mismo tiempo energía de manera limpia.
Fuente: Tendencias 21
El profesor Fernando Uribe-Romo junto con un grupo de alumnos han dado con una posible forma para poder crearla.
El profesor ha logrado desencadenar la fotosíntesis con un material que convierte el dióxido de carbono y la luz visible en combustible solar, al mismo tiempo que se elimina del aire este gas dañino para el efecto invernadero.
La energía del sol es almacenada y capturada en los enlaces químicos formando combustibles solares que luego se utilizarán. Uribe-Romo y su equipo crearon la manera de desencadenar una reacción química en un material sintético llamado marco metal-orgánico, que descompondrá el dióxido de carbono en materiales orgánicos que puedan usarse como un combustible solar necesario para crear la fotosíntesis.
Esta creación necesita luz azul, como es difícil adaptar materiales para que absorban un color específico, Uribe-Romo utilizó titanio, que es un material común y no tóxico al que le agregó varias moléculas orgánicas que actuarán como antenas de recolección de luz. Dichas moléculas tienen la capacidad de absorber colores específicos de luz cuando se le incorpora el material sintético marco metal-orgánico, y en este caso se podrá absorber la luz azul necesaria.
Este invento fue probado con un LED azul y en la reacción se consiguió la transformación del dióxido de carbono en dos formas reducidas de carbono, formiato y formamidas, que son dos combustibles solares. Este trabajo tiene un gran potencial a la hora de crear nuevas tecnologías que ayudarán a reducir los gases de efecto invernadero vinculados al cambio climático produciendo al mismo tiempo energía de manera limpia.
Fuente: Tendencias 21
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