Darwin fue pionero en el estudio de la historia natural de las angiospermas y calificó de "misterio abominable" el origen, la rápida diversificación y la dominancia ecológica que alcanzaron en la Tierra durante el Cretácico las plantas con flor. Esta expresión reflejaba su frustración al tener que aceptar que su origen podría haber sido repentino y contrario a la acumulación de cambios graduales que planteaba y defendía en su obra. Pero sobre todo mostraba su preocupación por que este hecho fuera utilizado para apoyar el creacionismo. Tales eran las limitaciones a las que se enfrentaron Darwin y otros evolucionistas al contar con un registro fósil muy incompleto.
Montsechia vidalii fue descrita en 1902 por un pionero de la Paleobotánica, el francés Charles René Zeiller, con ejemplares de la Sierra del Montsec. Zeiller la incluyó dentro del género Pseudoasterophyllites; el nombre específico se lo dedicó al geólogo catalán Lluís Marià Vidal, descubridor del yacimiento donde se encontró. Sin embargo, fue el paleobotánico portugués Carlos Teixeira, quien en 1954 incluyó la especie en el género Montsechia, que describió él mismo dedicándoselo a la citada sierra. En una nota publicada en 1898 por Vidal, con motivo del recorrido geológico realizado ese año por varios miembros de la Société Géologique de France, describía el yacimiento como un depósito paleontológico de gran importancia.
Las angiospermas acuáticas del Cretácico Inferior como Archaefructus sinensis, descrita en la Formación Yixian al noreste de China, y Montsechia vidalii, sugieren que las plantas acuáticas eran localmente abundantes en una etapa muy temprana de la evolución de las angiospermas y que los hábitats acuáticos debieron jugar un papel importante en la diversificación de algunos linajes primitivos.
Los fósiles de Montsechia vidalii que se conservan en la colección de Paleobotánica del MNCN han preservado detalles extraordinarios del patrón de ramificación, morfología de las hojas y fructificaciones. Fueron recolectados por el paleontólogo Emiliano Aguirre en el yacimiento de Santa María de Meiá en la década de los sesenta del siglo pasado.
Fuente: Noticiasdelaciencia
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Te rogamos que seas preciso y educado en tus comentarios.