Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han logrado completar la secuenciación y ensamblaje del protozoo Leishmania infantum, causante de la forma clínica más grave y mortal de leishmaniasis en perros y humanos.
Los resultados de su hallazgo, publicados en el último número de la revista Scientific Reports, permitirán conocer mejor los puntos débiles del parásito y confían en que también favorezca el desarrollo de vacunas contra la enfermedad.
Leishmania infantum es una especie endémica en los países de la cuenca mediterránea que llegó a Suramérica posiblemente en perros infectados de los conquistadores. En el nuevo continente encontró insectos que se encargaron de expandir la infección a personas y cánidos.
En el mundo hay cerca de 20 millones de personas infectadas por distintas especies patogénicas del género Leishmania, un dato grave si se tiene en cuenta que los tratamientos tienen una eficacia limitada y que no hay ninguna vacuna para controlar la infección en humanos.
Y en España, aunque la incidencia en humanos ha decrecido en proporción inversa a las mejoras socio-sanitarias de las últimas décadas, el parásito continúa siendo un problema de salud importante. De hecho, en perros es un problema bien conocido y temido por los dueños.
En 2007 un equipo de investigadores españoles logró aislar del bazo de un perro una cepa de 'Leishmania infantum' --especie causante de la forma visceral de leishmaniasis, la más grave y mortal-- y logró secuenciar una gran parte de su ADN, lo que permitió generar un ensamblaje preliminar para el genoma de esta especie.
A partir de esta investigación, y como parte de un proyecto colaborativo entre la UAM y el CSIC, se ha podido completar la secuenciación y ensamblaje de los 36 cromosomas del genoma del parásito, descubriendo genes nuevos que no se habían encontrado previamente, al tiempo que se han correido errores en la secuencia o número de copias de algunos otros genes.
La cepa fue aislada por los investigadores Jorge Alvar y Javier Moreno en el Centro Nacional de Microbiología a partir del bazo de un perro con leishmaniasis. Luego, en el Instituto Sanger de Reino Unido, se llevó a cabo la secuenciación de un gran número de fragmentos del genoma de esta especie, lo que permitió generar el ensamblaje preliminar para el genoma de 'L. infantum', publicado en 2007.
Este proyecto, como ocurrió con los demás proyectos realizados en esa época, resultó extremadamente costoso tanto en dinero como en tiempo, pero muy valioso, señalan los investigadores.
Pero los avances técnicos en las metodologías de secuenciación producidos en los últimos años han permitido abaratar y acortar de forma temporal la obtención de la secuencia genómica de cualquier organismo, de tal manera que actualmente un ciudadano de nuestro país puede tener secuenciado su genoma por poco más de mil euros.
Los resultados de su hallazgo, publicados en el último número de la revista Scientific Reports, permitirán conocer mejor los puntos débiles del parásito y confían en que también favorezca el desarrollo de vacunas contra la enfermedad.
Leishmania infantum es una especie endémica en los países de la cuenca mediterránea que llegó a Suramérica posiblemente en perros infectados de los conquistadores. En el nuevo continente encontró insectos que se encargaron de expandir la infección a personas y cánidos.
En el mundo hay cerca de 20 millones de personas infectadas por distintas especies patogénicas del género Leishmania, un dato grave si se tiene en cuenta que los tratamientos tienen una eficacia limitada y que no hay ninguna vacuna para controlar la infección en humanos.
Y en España, aunque la incidencia en humanos ha decrecido en proporción inversa a las mejoras socio-sanitarias de las últimas décadas, el parásito continúa siendo un problema de salud importante. De hecho, en perros es un problema bien conocido y temido por los dueños.
En 2007 un equipo de investigadores españoles logró aislar del bazo de un perro una cepa de 'Leishmania infantum' --especie causante de la forma visceral de leishmaniasis, la más grave y mortal-- y logró secuenciar una gran parte de su ADN, lo que permitió generar un ensamblaje preliminar para el genoma de esta especie.
A partir de esta investigación, y como parte de un proyecto colaborativo entre la UAM y el CSIC, se ha podido completar la secuenciación y ensamblaje de los 36 cromosomas del genoma del parásito, descubriendo genes nuevos que no se habían encontrado previamente, al tiempo que se han correido errores en la secuencia o número de copias de algunos otros genes.
La cepa fue aislada por los investigadores Jorge Alvar y Javier Moreno en el Centro Nacional de Microbiología a partir del bazo de un perro con leishmaniasis. Luego, en el Instituto Sanger de Reino Unido, se llevó a cabo la secuenciación de un gran número de fragmentos del genoma de esta especie, lo que permitió generar el ensamblaje preliminar para el genoma de 'L. infantum', publicado en 2007.
Este proyecto, como ocurrió con los demás proyectos realizados en esa época, resultó extremadamente costoso tanto en dinero como en tiempo, pero muy valioso, señalan los investigadores.
Pero los avances técnicos en las metodologías de secuenciación producidos en los últimos años han permitido abaratar y acortar de forma temporal la obtención de la secuencia genómica de cualquier organismo, de tal manera que actualmente un ciudadano de nuestro país puede tener secuenciado su genoma por poco más de mil euros.
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