EL ORIGEN DE LOS CÍTRICOS

Un equipo internacional de científicos, en el que hay algunos investigadores del Centro de Genómica del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), han conseguido encontrar los orígenes de los cítricos. Estas frutas tienen un germen asiático.

El limón, el pomelo, la mandarina y la naranja son frutas muy comerciales, pero sus orígenes no habían quedado claro debido a sus altos niveles de hibridación. Los científicos examinaron los genomas de 60 variedades distintas.

Un estudio publicado en la famosa revista Nature ha logrado demostrar que los cítricos actuales provienen todos de un mismo árbol ancestral de hace 8 millones de años. En tan solo un millón de años, de un primigenio cítrico aparecieron diez especies naturales en las faldas del Himalaya, un área situada por el este de la India, en norte de Myanmar y el oeste de Yunnan, una zona que tenía clima tropical, de bosque lluvioso.

La diversificación fue producida por un cambio drástico del clima, una gran bajada de los niveles de dióxido de carbono, enfriamiento y sequedad máxima que provocaron que los cítricos huyeran de allí. Así se extendieron los cítricos por el mundo, las naranjas a China, los limones y los cidros hacia el Este, los pummelos hacia Tailandia y las islas del sureste asiático... Con el tiempo también llegaron a Australia y otros lugares.


Incomestibles

Este proceso ocasionó una res compleja de parentescos entre los cítricos que se registro en sus genomas. Hace 4000 años los agricultores chinos decidieron mejorar frutos incomestibles, ácidos, llenos de semillas y pequeños. Mezclaron tipos hasta conseguir una naranja dulce. El cruce de una mandarina ancestral y un pummelo ancestral dio lugar a un fruto comestible, este después se volvió a cruzar en otras ocasiones. La mayoría de los cítricos tienen ese gen común que se encuentra en el pummelo. La variedades de naranjas y mandarinas actuales lo tienen.

Estos frutos se comercializaban, y se crearon nuevas variedades y se fijaron las características deseadas. A comienzos del siglo XX, se obtuvo en Argelia un fruto dulce denominado la clementina.

El estudio también nos da pistas de como mejorar estos frutos. Este hecho es valioso para los consumidores y productores, debido a que ayudará a detectar las dianas genéticas más efectivas contra enfermedades devastadoras para los cultivos y para la mejora de variedades tolerantes al cambio climático.

Actualmente para obtener una nueva variedad debemos esperar 10 o 15 años a que el árbol crezca y así, poder comprobar la calidad de la fruta. Estos experimentos otorgarán, seleccionar fragmentos del genoma asociados a características deseables.

Fuente: ABC

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