Un nuevo estudio realizado por científicos chinos y estadounidenses y publicado en la revista Science Translational Medicine, revela una nueva forma no invasiva para identificar cáncer de pulmón microcítico, el tipo más común de cáncer de pulmón.
Para llevarlo a cabo, se hizo uso de un rastreador químico etiquetado por radio para marcar ciertas mutaciones cancerígenas, lo que puede ayudar a determinar la sensibilidad y eficacia de una terapia basada en la ingesta de medicamentos inhibidores de la tirosina quinasa
Se piensa que dichos inhibidores pueden llegar a extender el índice de superviviencia de los pacientes con cáncer con mutación en el receptor de factor de crecimiento epidérmico o proteína EGFR en más de dos años, lo que supone más del doble de supervivencia de los pacientes que sólo reciben quimioterapia.
“Desarrollamos un tipo de prueba molecular llamada 18F-MPG que puede vincularse específicamente con el factor de crecimiento epidérmico”, revela Sun Xilin, autor principal del artículo del Cuarto Hospital de la Universidad de Medicina de Harbin.
“Cuando conocemos las mutaciones del factor de crecimiento epidérmico, el 70 por ciento de los pacientes con cáncer responde a la terapia, pero sólo 20 por ciento responde si no conocemos sus mutaciones”, añadió.
Por desgracia, es complicado para los doctores identificar si el cáncer tiene esta mutación con la suficiente rapidez para responder con la inhibición de la tirosina quinasa y, pese a la actual existencia de varias técnicas para evaluar las mutaciones del factor de crecimiento epidérmico, estos métodos requieren muestras de biopsia y a menudo pueden fracasar por cantidades insuficientes para los análisis.
Se espera que el nuevo rastreador químico capaz de iluminar las mutaciones del factor de crecimiento epidérmico en las células tumorales, desarrollado por un equipo internacional de la Universidad de Medicina de Harbin, la Universidad de Fudan y la Universidad de Stanford, ayude a que estas sean detectadas por la tomografía de emisión de positrones (PET) y la tomografía computarizada.
Fuentes: Bohemia, Crónica Digital.
Para llevarlo a cabo, se hizo uso de un rastreador químico etiquetado por radio para marcar ciertas mutaciones cancerígenas, lo que puede ayudar a determinar la sensibilidad y eficacia de una terapia basada en la ingesta de medicamentos inhibidores de la tirosina quinasa
Se piensa que dichos inhibidores pueden llegar a extender el índice de superviviencia de los pacientes con cáncer con mutación en el receptor de factor de crecimiento epidérmico o proteína EGFR en más de dos años, lo que supone más del doble de supervivencia de los pacientes que sólo reciben quimioterapia.
“Desarrollamos un tipo de prueba molecular llamada 18F-MPG que puede vincularse específicamente con el factor de crecimiento epidérmico”, revela Sun Xilin, autor principal del artículo del Cuarto Hospital de la Universidad de Medicina de Harbin.
“Cuando conocemos las mutaciones del factor de crecimiento epidérmico, el 70 por ciento de los pacientes con cáncer responde a la terapia, pero sólo 20 por ciento responde si no conocemos sus mutaciones”, añadió.
Por desgracia, es complicado para los doctores identificar si el cáncer tiene esta mutación con la suficiente rapidez para responder con la inhibición de la tirosina quinasa y, pese a la actual existencia de varias técnicas para evaluar las mutaciones del factor de crecimiento epidérmico, estos métodos requieren muestras de biopsia y a menudo pueden fracasar por cantidades insuficientes para los análisis.
Se espera que el nuevo rastreador químico capaz de iluminar las mutaciones del factor de crecimiento epidérmico en las células tumorales, desarrollado por un equipo internacional de la Universidad de Medicina de Harbin, la Universidad de Fudan y la Universidad de Stanford, ayude a que estas sean detectadas por la tomografía de emisión de positrones (PET) y la tomografía computarizada.
Fuentes: Bohemia, Crónica Digital.
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