EL CÁNCER DE SANGRE, AHORA TRATADO CON FÁRMACOS PARA EL PÁRKINSON.

El grupo de investigación de la Fundació Josep Carreras liderado por Ruth Risueño, ha descubierto que los fármacos empleados para tratar el Párkinson pueden ser útiles para curar los síndromes mielodisplásicos y la leucemia mielomonocítica crónica, dos cánceres de sangre que actualmente no cuentan con tratamientos suficientemente exitosos para ser frenados. Estas enfermedades se caracterizan por una evolución variable hacia una leucemia y una esperanza de vida más o menos corta.

El hallazgo, (concretamente realizado por la científica Antònia Banús-Mulet, miembro del grupo de la Fundació Josep Carreras), ha permitido descubrir que el receptor de la serotonina puede ser inhibido por fármacos ya aprobados en los pacientes de Parkinson, pudiendo así frenar la reproducción de las células cancerosas de los cánceres de sangre mencionados.

El receptor de serotonina es una molécula de membrana presente principalmente en las neuronas, la cual supone una nueva diana terapéutica para ambas enfermedades.

Como neurotransmisor, la serotonina transmite señales entre las neuronas regulando su intensidad. Se produce en el cerebro y es imprescindible que esté en el cuerpo para sintetizar su propia dosis. Aproximadamente un 90 % del total de la serotonina presente en el organismo humano puede encontrarse en el tracto gastrointestinal (GI), donde es utilizada para regular el movimiento del intestino. Es por esta razón por la que se emplea para tratar el Párkinson: esta enfermedad altera los movimientos peristálticos del intestino.

Durante todo este tiempo, el equipo de Risueño ha estado desarrollando un posible futuro tratamiento exitoso para los pacientes de leucemia mieloide aguda junto a Leukos Biotech, una empresa de biotecnología puesta en marcha en el 2015 por el Instituto de Investigación Josep Carreras.
En su trabajo, el equipo demostró que el tratamiento con estos medicamentos aprobados para la enfermedad de Párkinson en entornos de laboratorio preclínicos fue capaz de destruir las células cancerosas, sin afectar las células sanguíneas sanas.

Células cancerosasActualmente no hay tratamientos eficaces y no hay un esquema terapéutico bien definido, aunque en pacientes jóvenes se puede plantear un trasplante de médula ósea, que es el único tratamiento curativo, a pesar de la probabilidad de que ocurran complicaciones graves derivadas de infecciones o rechazo de la médula ósea trasplantada. Por ello, el descubrimiento de la eficacia del fármaco empleado originalmente para tratar los síntomas del Párkinson supone un gran avance en la cura de la leucemia, pudiendo ampliar la esperanza de vida que los pacientes tienen.

Fuente: El Periódico

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