EL PRIMO MÁS CERCANO DE LA TIERRA


Ross 128 b es el planeta de baja masa más cercano descubierto. Orbita en torno a la estrella enana roja Ross 128 cada 9,9 días y se espera que sea templado, con una temperatura superficial que podría ser similar a la de la Tierra. Aunque actualmente está a 11 años luz de la Tierra, se mueve hacia ella y se espera que se convierta en la “vecina estelar más cercana en tan solo 79.000 años, un parpadeo en términos cósmicos”, pasando a ser el exoplaneta más cercano, destacaron los investigadores.

Pese a ser de las más comunes, las enanas rojas son buenos objetivos para la búsqueda de exoplanetas al ser uno de los tipos de estrella más frías y débiles del universo, aunque muchas emiten llamaradas que, ocasionalmente, bañan de letal radiación ultravioleta y de rayos X a los planetas que las orbitan.

A pesar de esa proximidad, recibe sólo 1,38 veces más radiación que la Tierra y se calcula que su temperatura de equilibrio se encuentran entre -60 y 20° C, gracias a la naturaleza débil y fría de su pequeña estrella enana roja, que tiene poco más que la mitad de la temperatura superficial del Sol.


Los científicos involucrados en este descubrimiento, liderados por Xavier Bonfils, del Instituto de Planetología y Astrofísica de Grenoble (Francia), señalan que Ross 128 b parece ser un planeta templado, pero, según el ESO, sigue habiendo incertidumbre en cuanto a si el planeta se encuentra dentro, fuera, o en el umbral de la zona habitable, donde puede existir agua líquida en la superficie de un planeta.

Con los datos de HARPS, el equipo descubrió que Ross 128 b orbita veinte veces más cerca de su estrella que la distancia a la que la Tierra lo hace del Sol.

Todavía hay incertidumbre acerca de si Ross 128 b está dentro de la zona habitable de su estrella, pero los científicos dicen que con temperaturas de entre -60° y 20° se puede considerar templado.

Sin embargo, como explica Astudillo-Defru, mucho depende de la presencia de una atmósfera. Una capa de gases de efecto invernadero puede calentar la superficie y ofrecer una presión suficiente para mantener el agua en estado líquido.

En la exploración, la detección de gases como el oxígeno podría dar indicios de procesos biológicos en planetas que orbitan otras estrellas.

Fuente: Página Siete

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