Recientemente, unos investigadores han descubierto que los salmones de crecimiento rápido de las piscifactorías tienen más probabilidad de ser parcialmente sordos que los salmones salvajes.
Esta sordera es provocada por una alteración biológica del órgano auditivo, que a su vez está provocada por el crecimiento acelerado y brusco de estos peces en la acuicultura, que es lo que conocemos como la técnica de dirigir y fomentar la reproducción de peces, moluscos y algas en agua dulce o salada.
Investigadores de la Universidad de Melbourne han examinado ejemplares de piscifactorías de varios países, a partir de los cuales hicieron las comparaciones entre los huesos del oído de los peces de piscifactorías y salvajes, para esto utilizaron un modelo que predijera la cantidad de peces que pueden oír y descubrieron que los afectados por la deformación habían perdido el 50% de la sensibilidad auditiva.
Esta sordera es provocada por una alteración biológica del órgano auditivo, que a su vez está provocada por el crecimiento acelerado y brusco de estos peces en la acuicultura, que es lo que conocemos como la técnica de dirigir y fomentar la reproducción de peces, moluscos y algas en agua dulce o salada.
Investigadores de la Universidad de Melbourne han examinado ejemplares de piscifactorías de varios países, a partir de los cuales hicieron las comparaciones entre los huesos del oído de los peces de piscifactorías y salvajes, para esto utilizaron un modelo que predijera la cantidad de peces que pueden oír y descubrieron que los afectados por la deformación habían perdido el 50% de la sensibilidad auditiva.
La principal autora del estudio, Tormey Reimer,descubrió que los peces de crecimiento rápido tenían tres veces más probabilidades de poseer esta deformación en el oído.
La malformación es sufrida en los otolitos, que son piedras de carbonato cálcico con proteínas, que forman unos cristales muy pequeños situados en el oído interno y que permiten detectar sonidos. Lo que le sucede a los otolitos es que cambia su composición, es decir, en condiciones normales, los otolitos son de un mineral llamado aragonito, sin embargo, los otolitos de los peces de piscifactoría son de vaterita, un mineral menos estable.
Esta presencia de vaterita se debe a una combinación de genética, dieta y larga exposición a la luz. Y sobre todo a un crecimiento rápido y brusco.
La discapacidad sufrida por estos peces de criadero les generará problemas al ser liberados ya que serán vulnerables en cuanto a los depredadores pues al no percibir sonidos serán cazados con mayor facilidad. De hecho, sólo un máximo de un 20% logran sobrevivir en espacios silvestres.
Fuentes: El País, Proexpansión
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