MICROBIOS EN MARTE GRACIAS AL AGUA

Un grupo de científicos estadounidenses de la Universidad de Brown, situada en la ciudad de Providence, han descubierto que Marte ha podido contener en algún tiempo una zona habitable de varios kilómetros de espesor.
El estudio ha demostrado que la  descomposición de las moléculas de agua situadas en las rocas del planeta liberó suficiente energía química como para proporcionar condiciones habitables.


Estos investigadores llegaron a la conclusión de que, en algún momento, las particularidades de esta zona que la hacen apta para la subsistencia llegaron a ser similares a las características ambientales de los lugares subterráneos que albergan vida en nuestro planeta. En otras palabras, el subsuelo de Marte probablemente contenía una cantidad de hidrógeno disuelto apta como para poder permitir la supervivencia de los microorganismos en cuestión.

El proceso que posiblemente concedió los niveles adecuados de hidrógeno al planeta rojo fue la radiólisis, la cual consiste en la ruptura no selectiva de los enlaces químicos de una molécula por la acción de la radiactividad. Así, cada molécula de agua situada en las rocas marcianas se descompuso en un átomo de oxígeno y en dos átomos de hidrógeno. En consecuencia, el agua pierde sus propiedades al alterarse su estructura molecular. Este hidrógeno obtenido, pudo haber sido producido y almacenado en el subsuelo en una dosis tan elevada como para permitir la vida de los ya mencionados microbios litótrofos o autótrofos


Esta forma de vida subterránea hallada se organiza en comunidades o ecosistemas caracterizados no sólo por ser litótrofos, sino también por ser micoorganismos quimiosintéticos. Esto significa que poseen la capacidad de sintetizar todas las moléculas orgánicas que necesitan para subsistir mediante la descomposición u oxidación de las sustancias inorgánicas simples que se encuentran en el medio que los rodea (por ejemplo el hidrógeno). Estas bacterias no requieren de la luz como fuente de energía para realizar sus reacciones, sino del del dióxido de carbono.

Este es el descubrimiento más esperanzador hasta la fecha sobre la posibilidad de encontrar vida en Marte por el hecho o realidad de que la radiólisis en la Tierra mantiene unas condiciones adecuadas para proporcionar la energía que las bacterias quimiosintéticas subterráneas necesitan para subsistir.

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